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Sería mejor no cambiar frecuentemente de escuela a nuestros hijos

Los preadolescentes que cambiaban de escuela frecuentemente en la niñez están en mayor riesgo de desarrollar síntomas psiquiátricos, sugiere un estudio reciente.
Tener esos síntomas a una edad temprana se asocia con unas mayores probabilidades de problemas de salud mental y suicidio en la adultez, según los investigadores de la Escuela de Medicina Warwick en Coventry, Inglaterra.
Analizaron datos de casi 6,500 familias de un estudio a largo plazo sobre niños del suroeste de Inglaterra. A los doce años, se preguntó a los participantes si habían experimentado síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios en los seis meses anteriores.
Los que habían cambiado de escuela tres o más veces cuando eran más pequeños presentaron un aumento del 60 por ciento en el riesgo de haber tenido al menos un síntoma psicótico, según el estudio, que aparece en una edición en línea reciente de la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry.
"Cambiar de escuela puede ser muy estresante para los estudiantes", señaló en un comunicado de prensa de la Warwick la líder del estudio, Swaran Singh. "Nuestro estudio halló que el proceso de cambiar de escuela en sí podría aumentar el riesgo de síntomas psicóticos, independientemente de otros factores. Pero además, haber estado involucrado con el acoso escolar, a veces como consecuencia de los cambios frecuentes de escuela, podría exacerbar el riesgo para el individuo".
Cambiar de escuela con frecuencia podría hacer que los niños desarrollen una autoestima baja y un "sentimiento de fracaso social", anotaron los investigadores. También dijeron que los sentimientos de aislamiento pueden llevar a cambios cerebrales que aumentan el riesgo de síntomas psicóticos en los niños vulnerables.
"Está claro que debemos mantener la movilidad escolar presente cuando evaluamos clínicamente a los jóvenes con trastornos psicóticos", apuntó en el comunicado de prensa la coautora del estudio, la Dra. Cath Winsper, investigadora principal de la escuela de medicina. "Se debe explorar de forma rutinaria dado que el impacto puede ser tanto grave como potencialmente duradero. Las escuelas deben desarrollar estrategias para ayudar a estos estudiantes a establecerse en su nuevo ambiente".
Aunque el estudio descubrió una asociación entre cambiar de escuela con frecuencia y un mayor riesgo de síntomas de psicosis en los preadolescentes, no probó causalidad.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

Via
foto: www.thefamilywatch.org

Dibujos animados de ritmo rápido podrian afectar la concentración de los niños

Los programas de televisión de ritmo rápido como "Bob Esponja" parecen afectar negativamente los niveles de concentración de los niños al poco tiempo de verlos. Esto no sucede con los programas con un ritmo más lento, sugiere un estudio reciente.

"Hallamos que los niños que acababan de ver 'Bob Esponja' se veían afectados en lo que se podría llamar su presteza para el aprendizaje", apuntó la investigadora líder Angeline S. Lillard, psicóloga de la Universidad de Virginia.

"Esto incluía su capacidad de pensar y concentrarse", apuntó.

Lillard añadió que este efecto no se limitaba a "Bob Esponja", un personaje que vive debajo del mar. "Ya lo hemos replicado con otro programa de ritmo rápido", afirmó.

Lillard dijo que tuvo la idea sobre el estudio mientras veía "Bob Esponja" con el fin de usarlo para un estudio distinto. "Tras ver episodios durante una hora, tenía dificultades para concentrarme", dijo. "Eso me inspiró a hacer el estudio".

Para los niños, esa programación extraña a ritmo rápido podría resultar demasiado estresante para sus cerebros en desarrollo, dijo Lillard.

"Cuando los niños tienen que procesar mucha información muy rápido, hacerlo es difícil porque es inusual. En este caso, [en los episodios de Bob Esponja] suceden muchas cosas que no pueden suceder en la vida real", explicó. "Creo que los agota mentalmente, al menos por un periodo corto".

No se sabe cuánto podrían durar esos efectos, añadió Lillard. "No sabemos si estos efectos se acumulan con el tiempo y crean problemas de atención a largo plazo, pero sabemos que al menos inmediatamente después su capacidad de funcionar se ve afectada", enfatizó.

Otros estudios han mostrado una conexión entre ver televisión y problemas de atención más adelante en la vida, anotó Lillard.

Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 12 de septiembre de la revista Pediatrics, Lillard y su colega Jennifer Peterson dividieron a 60 niños de cuatro años de edad en tres grupos. Un grupo vio nueve minutos de "Bob Esponja", otro grupo vio nueve minutos de un programa infantil de televisión pública llamado "Caillou", que tiene un ritmo más lento, y el último grupo pasó nueve minutos dibujando.

Entonces, los niños recibieron cuatro tareas diseñadas para medir lo que se conoce como la "función ejecutiva" del cerebro. Las tareas incluían recompensa aplazada, en que los niños tenían que esperar por una recompensa, y un problema matemático llamado Torre de Hanói, en que los niños tienen que mover discos de una columna a otra. Las pruebas miden la concentración, la memoria y el aprendizaje, comentó Lillard.

Se preguntó a los padres de los niños qué programas veían regularmente, y por cuánto tiempo.

A los niños que vieron "Bob Esponja" les fue significativamente peor en las tareas que a los niños que vieron el programa de la PBS o dibujaron. El hallazgo se sostuvo incluso tras tomar en cuenta la cantidad de televisión que cada niño veía normalmente, afirmaron los investigadores.

Lillard aconseja a los padres vigilar cuidadosamente la conducta de sus hijos tras ver dibujos animados de ritmo rápido. "Fíjese si el niño tiene problemas para funcionar a su nivel normal. Si es así, [los padres] deben tener cuidado cuando permiten a sus hijos ver esos programas", aseguró.

El Dr. Dimitri A. Christakis, profesor George Adkins y director del Centro de Salud, Conducta y Desarrollo Infantiles de la Universidad de Washington, y autor de un editorial acompañante, dijo que el estudio es una "contribución significativa a nuestro conocimiento sobre los efectos de los medios de comunicación en los niños".

"No toda la tele es mala, pero algunos programas de ese medio tienen efectos adversos potenciales para los niños", dijo. "Los padres deben enfocarse tanto en el contenido y la calidad del programa como en la cantidad".

Christakis señaló que la mente joven en desarrollo puede resultar estimulada en exceso. Los cerebros humanos no están diseñados para procesar las cosas a la velocidad en que a veces ocurren en la tele, advirtió.

"Todo lo que nuestros cerebros evolucionaron para afrontar sucede en tiempo real", dijo Christakis. "No es que no podamos procesar esos programas, porque sí podemos, pero podría conllevar un costo, a corto plazo, de no podernos concentrar inmediatamente después".

Y añadió que "potencialmente, un costo a largo plazo es que se condicione el cerebro a esperar ese alto nivel de entrada, lo que hace que el ritmo del mundo real parezca aburrido, y eso lleva a problemas de atención más adelante".

Fuente: MedlinePlus

LOS AMIGOS EN LA ESCUELA INFLUYEN EN LAS CALIFICACIONES

(HealthDay News/HolaDoctor) -- Entre los estudiantes de la escuela intermedia, las amistades pueden plantear una diferencia entre buenas y malas calificaciones, han encontrado investigadores.

Los estudiantes cuyos amigos son socialmente activos de forma positiva obtienen mejores calificaciones, mientras que aquellos que tienen amigos con mal comportamiento obtienen calificaciones más bajas, según los resultados de un estudio reciente. Además, tener amigos "prosociales" y también evitar a los compañeros desviados se asoció con calificaciones incluso mayores que simplemente ser amigo de los estudiantes de alto rendimiento, anotaron los autores del estudio.

En el estudio de la Universidad de Oregón participaron 1,278 estudiantes a quienes se pidió que nombraran a sus tres mejores amigos. Entonces, los investigadores examinaron los registros académicos y conductuales de esos amigos.

Los hallazgos muestran que durante los años de intermedia "no se le presta atención a buena parte del aprendizaje que ocurre", comentó en un comunicado de prensa de la universidad el coautor del estudio Thomas J. Dishion, director del Centro del Niño y la Familia y profesor de psicología escolar. "Están en la pubertad. El cerebro cambia con rapidez. Los cerebros de los niños casi está programado para leer el mundo social y ver cómo encajan en él, y la escuela es el escenario para ello".

Los investigadores sugirieron que padres y maestros "beben prestar especial atención" a los cambios en las amistades de los estudiantes a esta edad.

"Los padres deben prestar atención a lo que sus hijos hacen, y con quién se juntan", dijo en el comunicado de prensa la coautora del estudio Marie-Helene Veronneau, también del Centro de Niños y Familias.

"Si los padres notan que hay un cambio en la red de amistades del niño, deben esforzarse por conocer a esos niños, hablar con los maestros y comunicarse con su propio hijo de forma natural sobre dónde van y cuándo volverán a casa", sugirió.

Los investigadores también instaron a los adultos a ayudar a los niños a participar en actividades supervisadas por adultos, porque pueden ayudar a fomentar las relaciones prosociales.

El estudio aparece en la edición de febrero de la revista Journal of Early Adolescence.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: University of Oregon, news release, Jan. 12, 2011

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