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¿Es alergia o intolerancia?

Muchas personas confunden un término con otro. Ambos se aplican cuando un alimento no es aceptado por el organismo pero cada uno tiene su propio comportamiento y manejo médico.

El caso más ejemplar es la leche. Cuando hablamos de una reacción no deseada ante un alimento, la leche puede producir alergia e intolerancia. Alergia a las proteínas de la leche de vaca e intolerancia a la lactosa, su azúcar.


Juan Guillén, alergólogo pediatra, explica que ambas se pueden manifestar de la misma forma con la diferencia de que la alergia es capaz de afectar otros órganos además del sistema digestivo.

La alergia se define como una respuesta anormal que involucra reacciones inmunológicas (de las defensas del cuerpo) del organismo hacia un determinado alimento. En cambio, la intolerancia, es siempre una reacción irregular pero que no implica mecanismos inmunes y por lo tanto sólo se manifiesta con síntomas gástricos.

En palabras más sencillas, Guillén dice que la alergia a la proteína de la leche puede causar diarrea, gases y cólicos, pero también reacciones en la piel -ronchas, por ejemplo-, trastornos respiratorios, incluyendo nariz tapada, tos, flema, mocos, o problemas más severos en los bronquios. En casos extremos puede producir una reacción inflamatoria en las vías respiratorias.

Tales síntomas se pueden dar juntos o de forma aislada. De este modo, puede haber casos en que sólo se den los problemas en la piel pero sin los intestinales, o bien, solo se manifieste con diarrea, cólicos o reflujo.

La alergia a la leche de vaca suele ocurrir con más frecuencia en los niños menores de dos años, afirma el especialista. El tratamiento consiste en identificar la causa del problema y sustituir la leche de vaca por otras especiales que son hipoalergénicas o a base de otros componentes. Lo importante es consultar al especialista.

La intolerancia a la lactosa, por otra parte, supone sólo síntomas gástricos como diarrea, que en el caso de los niños pequeños puede ir acompañada de mucha grasa; vómito, náuseas, cólicos y flatulencia.

Algunos bebés pueden tener síntomas similares pero más leves y nada más tratarse de una intolerancia pasajera producida por su inmadurez intestinal. Esto está muy relacionado con la edad a la que el niño es expuesto a la leche de vaca, por eso se recomienda un mínimo de seis meses de lactancia materna exclusiva.

Cada vez hay más alérgicos

Guillén admite que las alergias en general, han aumentado en proporción a unas décadas atrás. En 1960 el 3% de la población mundial sufría algún tipo de alergia, mientras que para el 2000 aumentó a un 15% y para el 2008 a un 18%.

Y muchos padres se preguntan por qué su hijo es alérgico si ellos mismos no lo son. La respuesta podría estar, comenta el alergólgo, en los cambios medioambientales, la contaminación y en el caso de las alergias por alimento, en las modificaciones en la dieta y en el cultivo y manejo de los alimentos.

La mayoría tienen algún antecedente familiar del problema, por lo que en muchos casos algunas medidas durante el embarazo y los primeros días de vida del bebé podrían retrasar las manifestaciones de la alergia, porque, eso sí, es imposible evitar la alergia si ya se tienen los predisponentes genéticos, advierte el médico.

Existen otros alimentos que comúnmente producen alergia: huevo, trigo, maní y mariscos (camarón, langosta y cangrejo), están en la lista.

Fuente:
http://www.laprensagrafica.com/mujer/plan-bella/100380-no-es-lo-mismo-intoleranciaque-alergia.html

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