Uno de cada diez niños de EE.UU tiene TDAH

En la última década, un creciente número de niños estadounidenses han sido diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), revela una encuesta reciente del gobierno.

Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. hallaron que entre 2007 y 2009, un promedio de nueve por ciento de los niños de 5 a 17 años fueron diagnosticados con el trastorno. Esto es en comparación con justo menos de 7 por ciento entre 1998 y 2000.

La encuesta también indicó que las diferencias raciales en las tasas de incidencia del TDAH, que antes eran notables, se han reducido considerablemente desde inicios del milenio, y ahora la prevalencia es comparable entre blancos, negros y algunos grupos de hispanos.

"No tenemos los datos para decir con certeza qué explica estos patrones, pero advertiría que no se debe concluir que tenemos un aumento real en la ocurrencia de esta afección", enfatizó la autora del estudio, la Dra. Lara J. Akinbami, funcionaria médica del Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Los hallazgos aparecen en un informe de la agencia del 18 de agosto.

"De hecho, para mí sería difícil decir que lo que vemos es un cambio real en la prevalencia", añadió Akinbami. "En vez de ello, diría que muy probablemente lo que hallamos tiene mucho que ver con un mejor acceso a la atención de salud en un grupo más amplio de niños, y que los médicos se han familiarizado cada vez más con esta afección y ahora tienen mejores herramientas para evaluarla. Así que probablemente se trate de una mejor evaluación en lugar de un aumento real, y eso significa que podríamos continuar viendo cómo este patrón se desarrolla".

Según los Institutos Nacionales de Salud, el TDAH es el trastorno conductual más común en los niños.
Los niños con TDAH tienden a tener problemas para mantenerse concentrados, y con frecuencia sufren de problemas de aprendizaje y conductuales como resultado de una tendencia a las conductas hiperactivas y/o impulsivas.

La nueva encuesta fue llevada a cabo por entrevistadores de la Oficina del Censo de EE. UU. a través de entrevistas personales y telefónicas con un grupo nacionalmente representativo de padres. Se recolectó información familiar y demográfica básica, junto con el estatus de TDAH de los niños de cada hogar.

Aunque las tasas aumentaron en los niños de ambos sexos, en general un porcentaje mayor de chicos fueron diagnosticados con TDAH, aumentando de aproximadamente diez por ciento en 1998-2000 a más de doce por ciento entre 2007 y 2009. En el mismo periodo, la tasa de prevalencia en las chicas aumentó de justo por debajo del cuatro por ciento a entre el cinco y el seis por ciento.

Sin embargo, un grupo pareció desafiar la tendencia: los niños mexicanos. Ese grupo registró constantemente la tasa más baja de prevalencia del TDAH, tanto en 1998-2000 como una década más tarde en 2007-2009. Akinbami dijo que el motivo de esto no está claro, aunque sugirió que un menor acceso a la atención de salud y/o proclividades culturales específicas podrían contribuir a menos diagnósticos en general.

Además de los hallazgos principales, los autores también pudieron seguir las tendencias tanto financieras como geográficas.

Por ejemplo, la prevalencia del TDAH alcanzó niveles por encima del promedio en dos grupos: los hogares donde el ingreso familiar estaba por debajo de la línea de pobreza (diez por ciento), y los hogares donde los ingresos caían en algún lugar entre la línea de pobreza y el doble de esta línea (once por ciento).

El lugar también parecía tener mucho que ver, ya que la tasa actual de prevalencia entre los que vivían tanto en el oeste medio como en la parte sur del país compartían una tasa de prevalencia por encima del promedio, con diez por ciento. Esto fue un cambio respecto a diez años antes, cuando el sur tenía una mayor tasa de prevalencia que todas las demás regiones.

"Aunque no sepamos exactamente qué es responsable del aumento en el TDAH, a nivel poblacional el aumento en la afección realmente señala un desafío para el sistema de educación y el de atención de salud", dijo Akinbami.

Señaló que "los niños con TDAH usan mucho más dinero para la atención de salud que sus pares, porque la afección misma requiere mucha monitorización. También son mucho más propensos a tener otras afecciones crónicas de salud, como asma, discapacidades del aprendizaje o diagnósticos del comportamiento como un trastorno de la conducta, que hace que para las escuelas, médicos y padres sea mucho más difícil manejarlos. Así que claramente los expertos en políticas públicas deben estar preocupados al respecto".

La Dra. Tanya Froehlich, especialista pediátrica en desarrollo y conducta del Centro Médico del Hospital Pediátrico de Cincinnati, dijo que discernir qué impulsa las cifras más elevadas será difícil.

"Simplemente no hay forma de decirlo basándose en estos datos", apuntó. "Pero sabemos que ha habido un mayor énfasis en los diez años anteriores en aumentar la concienciación de los médicos sobre el TDAH y darles mejores herramientas para el diagnóstico".

Froehlich anotó que "por ejemplo, en 2001 la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) publicó unas directrices de práctica clínica para la evaluación y el tratamiento de los niños con TDAH. También se publicó una caja de herramientas que daba a los médicos medidas actuales para usar en la evaluación del TDAH. Todo esto realmente ha empoderado a médicos y padres. Dado esto, realmente no me sorprendería de que sea el motivo de que cada vez más niños hayan sido diagnosticados".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

Es clave cuidar la higiene dental de los bebés

Se confirma la presencia de bacterias asociadas a la caries de primera infancia (ECC, por sus siglas en inglés) en la saliva del niño, por lo que cuidar la higiene oral de los bebés puede ser clave para evitar enfermeedades, según un reciente estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).

La ECC es una forma virulenta de la caries, más comúnmente conocida como la caries dental. La caries es la enfermedad infecciosa más prevalente en niños de Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.

"En el momento en que un niño llega a la guardería, el 40 por ciento tiene caries dental", asegura el investigador principal, Kelly Swanson, quien añade que "además, las poblaciones que son de nivel socioeconómico bajo, que consumen una dieta alta en azúcar, y cuyas madres tienen niveles bajos de educación tienen 32 veces más de probabilidades de sufrir esta enfermedad".

El estudio de Swanson se centró en los bebés a los que aún no les habían nacido los dientes, en comparación con la mayoría de los estudios que se centraron en los niños que ya están en edad preescolar o guardería y que ya presentan, muchos de ellos, caries dental.

EDUCAR A LOS PADRES SOBRE HIGIENE ORAL DE LOS BEBÉS

"Antes se creía que esto ocurría entre los 19 y 33 meses de edad pero en realidad se produce a una edad mucho menor", asegura el investigador. Por ello, explica que "minimizar los aperitivos y bebidas fermentadas con azúcares y limpiar las encías de los bebés sin dientes, según lo sugerido por la Academia Americana de Odontología Pediátrica, son prácticas importantes a seguir por los padres primerizos para ayudar a prevenir las caries en el futuro".

El experto considera que "educar a los padres sobre la higiene oral y los hábitos alimenticios es la estrategia más importante para la prevención de las caries dentales".

"Las tecnologías mejoradas de ADN nos permiten examinar el conjunto de la población de bacterias, lo cual nos da una perspectiva más holística -expone Swanson- al igual que muchas otras enfermedades, las caries dentales son el resultado de muchas bacterias en una comunidad, no sólo un patógeno".

Los investigadores descubrieron que la comunidad de bacterias orales en los niños sin dientes fue mucho más diversa de lo esperado y se identificaron cientos de especies. "Esta demostración justifica más investigaciones sobre la evolución de la comunidad bacteriana oral del niño", argumenta el experto.

"Queremos caracterizar la evolución microbiana que se produce en la boca entre el nacimiento y la erupción de los dientes y cómo se producen cambios en la dieta como la lactancia materna frente a alimentación con fórmula, el líquido a los alimentos sólidos, y los cambios en el perfil de nutrientes".

Criar de acuerdo a la personalidad de los hijos es mucho mejor

Adaptar el estilo de crianza a la personalidad del niño puede reducir mucho el riesgo de depresión y ansiedad, aseguran investigadores.

El estudio de tres años de 214 niños y sus madres reveló que una buena concordancia entre los estilos de crianza y la personalidad del niño reducía el riesgo de éste de síntomas de depresión y ansiedad

Pero los niños en una relación mal emparejada tenían el doble de riesgo de síntomas de depresión y ansiedad.

Los niños tenían una edad promedio de nueve años al inicio del estudio de la Universidad de Washington, que aparece en la edición en línea del 1 de agosto de la revista Journal of Abnormal Child Psychology.

"Este estudio se aleja del abordaje de que un estilo de crianza vale para todos, y da consejo específico a los padres sobre cómo mitigar la ansiedad y depresión de sus hijos", aseguró en un comunicado de prensa de la Universidad de Washington la autora líder Cara Kiff, residente en psicología de la Facultad de medicina de la universidad. "Tomamos en cuenta características que hacen a los niños vulnerables a la ansiedad y la depresión, e incluimos cómo eso conforma la manera en que los niños reaccionan a distintos métodos de crianza".

"Escuchamos hablar mucho de padres que se involucran en exceso, como las 'madres tigre' y los 'padres helicóptero'", señaló en el comunicado de prensa la coautora y profesora de psicología Liliana Lengua. "El instinto de los padres es ayudar y respaldar a sus hijos de alguna manera, pero no siempre está claro cómo hacerlo de la mejor forma. Esta investigación muestra que la crianza es un equilibrio entre intervenir o no con guía, respaldo y estructura según las pistas que proveen los niños".

Los niños que eran más capaces de controlar sus emociones y conducta eran más propensos a estar ansiosos o deprimidos si tenían un padre muy controlador. A esos niños les iba mejor emocionalmente cuando sus madres les daban algo de autonomía.

Pero los niños que eran menos capaces de regular sus emociones y acciones se beneficiaban de más estructura y guía, hallaron los investigadores.

"Los padres deben estar disponibles para ayudar, pero no para hacerse con el control, en las situaciones difíciles, y ayudar a sus hijos a navegar los desafíos por sí mismos", añadió Lengua.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

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