La primera vez que tuvé una sensación terrible fue a los 11 años cuando me enteré que el Veterinario de mi mascota tuvo que sacrificarlo debido a que esta sufriendo demasiado.
Para un niño o niña que quiere a su mascota perderla puede ser muy pero muy difícil. En mi caso pensaba que nadie más podria reemplazarlo, que nunca tendria otro perro igual y no entendia bien que paso.
Entonces ¿cómo podemos ayudar los padres?.