LA DEPRESION POSTPARTO Y SU INFLUENCIA EN EL BEBÉ

Detectar casos tempranos de depresión posparto en la madre es fundamental para evitar que el bebé se vea afectado en su desarrollo cognitivo, emocional y social.

Hace 18 años, Laura tuvo a su primer hijo. Después de ese nacimiento, no quiso saber más nada con volver a quedar embarazada. "Nunca más paso por eso, no soy capaz. Esa sensación de ser madre, de necesidad biológica que tuve, nunca más apareció", relata. Laura tuvo depresión posparto, una enfermedad que padece entre 10% y 20% de las mujeres, y que, incluso, puede afectar a los padres.

De todas formas, el más perjudicado por la depresión de la madre es el bebé, ya que el vínculo temprano con la madre es fundamental para su desarrollo social, emocional e intelectual.

Esta semana, la Academia Estadounidense de Pediatría publicó una recomendación que señala que los pediatras deberían revisar continuamente a las madres de recién nacidos para detectar posibles síntomas de depresión.

De acuerdo al artículo, publicado en la revista Pediatrics, diversas investigaciones demuestran retrasos en las capacidades de los bebés de madres que sufren depresión.

"La depresión posparto conlleva altos costos para la atención médica, atención médica inapropiada, abuso infantil y negligencia, interrupción del amamantamiento, disfunción familiar y afecta de manera adversa el temprano desarrollo del cerebro (del bebé)", señala el artículo.

"El bebé fue querido. Yo estaba casada. El asunto es que después era terrible la sensación de sufrimiento, era mortal, parecía que hubiera matado a alguien. Hay explicaciones de todo tipo y color, pero el asunto es que el sufrimiento no te lo sacás, o sea, no había manera", recuerda Laura.

SÍNTOMAS. Entre el tercer y quinto día después del parto, la madre puede sufrir lo que se llama tristeza de la maternidad. Afecta a entre 50% y 80% de las madres y sus síntomas son tristeza, irritabilidad y ansiedad. No es considerada una enfermedad y desaparece, so-la, a la semana.

Luego, los profesionales reconocen un segundo nivel, la depresión, que afecta a entre 10% y 20% de las madres, principalmente primerizas.

Sus síntomas: irritabilidad, ansiedad, aparición de sentimiento de culpa con respecto al niño y de incapacidad para cuidarlo. No aparece hasta los diez días luego del parto y se puede tratar con terapia o antidepresivos.

Fue el caso de Laura: "Vivía llorando y no me podía mover. La psicóloga vivía cerca y venía a casa porque yo no tenía ganas de levantarme. Por supuesto que al bebé lo atendía, pero yo tenía miedo de que se me fuera a morir porque no lo podía cuidar, por ser ineficaz. No me arrepentía, pero pensaba `¿qué hice?`. Fue como un crimen. Yo lo pensaba así, que había hecho algo que no estaba bien".

Otros casos pueden derivar en rechazo u odio de la madre hacia el bebé, lo que puede generar abuso físico e infanticidio por rechazo u odio. Necesitan psicoterapia, medicación y, a veces, internación.

Impactos. El informe de la Academia Estadounidense de Pediatría señala que "las consecuencias de la depresión de la madre incluye efectos negativos en el desarrollo cognitivo, en el desarrollo social y emocional, y en el comportamiento del niño. La adquisición de lenguaje depende del número de palabras usadas por la familia, del juego, el entretenimiento y las caricias, que ocurren con menos frecuencia en la familia de una madre depresiva".

Una de las formas que los profesionales de la salud poseen para detectar posibles casos de depresión es mediante el Test de Edimburgo. Consiste en veinte preguntas que las propias usuarias pueden responder en cinco minutos. Su puntaje máximo es 20. Por encima de los 12 significa que la persona tiene riesgo elevado de estar sufriendo depresión, aunque no es diagnóstico. Por ejemplo, una de las preguntas es: "He sentido miedo o he estado asustadiza sin tener motivo: bastante, a veces, no mucho, nunca".

Mariela Servetto, gerenta de los Centros Materno Infantil del Banco de Previsión Social (BPS), explica que en dichos centros el test se aplica a todas las madres durante el puerperio.

Puede ser una enfermera, un pediatra, un psicólogo o incluso el "funcionario de mesa de entrada" de cada centro el que entregue el formulario: "Cuando el psicólogo ve que hay alguien que está por encima del punto de corte, lo cita para una entrevista en la que valora la existencia o no de depresión puerperal. Si se confirma, se trabaja sobre el vínculo porque lo que se pretende es mejorar el sentimiento de la madre respecto a su bebé", explica.

Gustavo Giachetto, director del Programa Nacional de Atención a la Niñez, del Ministerio de Salud Pública (MSP), informó a El País que si bien no existen guías específicas sobre cómo actuar ante un posible caso de riesgo de depresión, el modelo de atención a este tipo de pacientes "forma parte del accionar médico tradicional".

Y agregó: "Nosotros evaluamos la salud mental como un componente más de la atención integral. Cuando evalúan a un niño en la consulta, los pediatras hacen lo que se llama la historia clínica que incluye evaluaciones dirigidas específicamente a niños pero también al núcleo familiar".

La psiquiatra Fabiana Azambuya, por su parte, especialista en el tema, explica: "¿Por qué los pediatras americanos dicen eso? Porque las consecuencias de la depresión posparto no solamente se ven en lo inmediato, en la generación del vínculo o mal apego, sino también a largo plazo se han determinado trastornos en el aprendizaje, de conducta, mayor riesgo de separación en las familias. A los cinco años del niño, empezás a mirar para atrás y te das cuenta que ese niño no estuvo motivado, no tuvo un buen vínculo con la madre porque la madre se deprimió, entonces es empezar a tratar no sólo el sufrimiento de la mujer, también a la familia, y al hijo".

Respecto a las consecuencias sobre la futura capacidad del niño para sociabilizar, Azambuya dice: "El primer vínculo es el que te determina y si estuvo mal constituido porque la madre no pudo estar presente en su total capacidad, entonces ese vínculo, que llaman apego, no se pudo formar bien".

ASPECTOS CLAVES

La depresión posparto :

Afecta a entre 10% y 20% de las madres, principalmente primerizas. Sus síntomas son irritabilidad, ansiedad, aparición del sentimiento de culpa respecto al niño y de incapacidad para cuidarlo. No aparece hasta los diez días luego del parto. Se puede tratar con terapia o antidepresivos.

Consecuencias en el bebé :

Afecta al desarrollo cognitivo, emocional y social del futuro niño. También se ve afectado el desarrollo temprano del cerebro, como la migración neuronal o la formación de sinapsis, que dependen de factores genéticos pero también del entorno.

Fuente: El pais

Como evitar el dolor de cabeza en los niños

El dolor de cabeza es uno de los 'males' más frecuentes en la vida diaria de grandes y pequeños, aunque no afecta a todos por igual: desde los bebés lactantes, en cuyo caso las cefaleas son muy difíciles de identificar, hasta los 'peques' de entre 7 y 15 años, que manifiestan este tipo de dolencias de manera recurrente, las consecuencias y efectos pueden variar en cada caso, dependiendo de la frecuencia en intensidad del dolor.

El índice de pequeños que sufren de cefaleas es, pues, elevado: hasta el 96 por ciento de los niños han padecido algún episodio antes de cumplir los 14. Al menos estos son los datos que arroja el último congreso nacional llevado a cabo por la Sociedad Española de Pediatría, y que alerta sobre todo del impacto que estos episodios tienen en la calidad de vida de los niños: desde reducir su participación en las actividades sociales, hasta afectar al rendimiento escolar (la tasa de absentismo es de casi 8 días al año frente a los menos de 4 cuando no hay dolores de cabeza frecuentes), o incrementar los trastornos psicosomáticos durante la infancia, hacen necesaria la intervención del pediatra, ya sea para elaborar un seguimiento del dolor, o para recetar el uso puntual de analgésicos en los casos que sea necesario.

Este tipo de consultas suele ir acompañado, además, de una preocupación 'extra', casi siempre relacionada con el paralelismo que los papás establecen entre la cefalea y sus posibles causas: cuando los dolores de cabeza son fuertes o muy frecuentes, los padres tienden a relacionarlas con otras enfermedades más graves, como la epilepsia o los accidentes vasculares. Sin embargo, y para tranquilidad de los mayores, en la gran mayoría de casos la cefalea no es un síntoma de 'algo peor', sino una afección en sí misma, casi siempre diagnosticada como 'cefalea tensional', y que, como su propio nombre indica, se origina como consecuencia de la tensión y el estrés al que están sometidos los niños.

Por eso, y como medida preventiva, los médicos recomiendan seguir de cerca las actividades diarias y hábito de vida de los pequeños: comer sano, realizar ejercicio y no someterles a jornadas 'maratonianas' de actividades tras un duro día de 'cole' pueden ser claves para deshacerse del dolor de cabeza infantil, como por arte de magia.

Según: Hola

Mala alimentación del padre afecta la salud de sus hijos

Cuidar nuestra alimentación no nos libra de desarrollar una diabetes tipo 2 si nuestro padre se excedió con las grasas. Una investigación australiana ha demostrado que la mala dieta del padre puede afectar a la salud de su descendencia. Al menos, eso es lo que ocurre con ratas alimentadas con una comida hipercalórica y rica en grasas.

Más allá de la curiosidad científica, el experimento es la primera demostración directa de que un factor no genético, como es la alimentación, se puede transmitir a los hijos. Y también es una explicación más a la creciente epidemia de obesidad que sufre el mundo desarrollado. Los científicos de la Universidad de Nueva Gales, en Sidney, sólo han demostrado esta transmisión de padres a hijas, aunque la autora principal, Margaret Morris, cree que el riesgo sería el mismo con hijos varones. La investigación se detalla en la revista «Nature».

Hasta ahora se sabía que los padres obesos o diabéticos tenían más posibilidades de concebir niños con una mayor predisposición a engordar o con problemas para mantener a raya su glucosa. Bien por un mayor riesgo genético o por una inadecuada dieta de la madre durante la gestación. Lo que ahora se plantea es que los pecadillos de alimentación del padre antes de la concepción pueden afectar a generaciones posteriores. En términos científicos esta posibilidad se denomina herencia fenotípica.

Daños en el esperma

Para probarlo el equipo de la Universidad de Nueva Gales alimentó a ratas macho con comida rica en grasas. Rápidamente engordaron y empezaron a desarrollar una intolerancia a la glucosa. Después las aparearon con ratas sanas, sin sobrepeso y alimentadas con una dieta equilibrada. Los mismos problemas del padre se reprodujeron en las crías hembras. La descendencia femenina rápidamente empezó a tener problemas de intolerancia a la glucosa que empeoraron con el tiempo, aunque no engordaron.

La explicación que ofrecen los investigadores es que los estilos de vida del padre pueden afectar al desarrollo de sus espermatozoides y a la composición del líquido seminal. La comida rica en grasa eleva la temperatura testicular y, además, daña las células germinales masculinas.
 

Expulsan de guarderia a un niño de 3 años por sobrepeso

La corta vida de Xiao Hao es un tormento. Este niño chino pesa cinco veces lo que un niño de su edad (tres años) y su sobrepeso le está provocando problemas para encontrar una guardería. El problema es que el personal de varias guarderías le ha denegado su inscripción porque pensaba que su tamaño representa un riesgo para los compañeros de clase.

SU MADRE PIDE AYUDA A LOS MÉDICOS

Tras buscar en muchos centros, parece ser que hay una escuela en Guangzhou, al sur de China, que sí estaría dispuesta a acoger al niño, y su madre Xiao Lin ha pedido a los médicos que le ayuden a perder peso. "Él cree que no hay nada malo en ser grande y le gusta jugar. Lo llevo a natación para que haga ejercicio, pero también en la piscina tenemos problemas por su sobrepeso porque no encontramos flotadores de su tamaño", señaló.

Parece ser que el peso del niño se ha disparado como el resultado de un trastorno de la hormona del crecimiento. Otros dicen que es una víctima del síndrome de China 'Little Emperador', donde a las familias se les permite sólo un hijo y en muchos casos está demasiado mimado y se les permite todo.

ELIGIO MORIR PARA QUE SU HIJO NAZCA

Estados Unidos. Donna Blanks, de 32 años, tenía un sueño, y era traer al mundo a una criatura aunque tuviera que morir para hacerlo.

Blanks padecía de graves problemas renales y llevaba trece años intentado tener un hijo.

Cuando por fin logró quedar embarazada, los médicos le alertaron que su enfermedad era incompatible con el embarazo y tenía que elegir entre su propia vida o la de su hijo.

La futura madre optó por continuar con la gestación y cumplir su sueño de ser madre a pesar de que sabía que pagaría con su vida.

Luego de trece meses después de dar a luz, la mujer falleció y el bebé crece, sin su mamá, pero con el amor y el cariño de su padre.

Según: generaccion

VACUNA ANTIGRIPAL DURANTE EL EMBARAZO BENEFICIARIA AL BEBÉ

CHICAGO (Reuters) - Los bebés recién nacidos cuyas madres recibieron la vacuna contra la gripe durante el embarazo son menos propensos a contraer influenza o a ingresar a un hospital con una enfermedad respiratoria en los primeros seis meses de vida, informaron investigadores de Estados Unidos.

Durante la mayoría de las temporadas de gripe, los bebés menores de 6 meses suelen tener menos casos de influenza que los que tienen entre 6 y 12 meses, mayormente porque están protegidos por los anticuerpos recibidos naturalmente a través de sus mamás.

No obstante, en las temporadas severas de gripe, como la de la influenza pandémica del 2009, estos niños más pequeños, que son demasiado chicos para recibir la vacuna, son más propensos a ser hospitalizados y a morir a causa del virus comparados con los bebés mayores.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) han recomendado por años la vacunación contra la gripe estacional a las embarazadas, pero el estudio se suma a otra investigación que muestra que los recién nacidos también se benefician con esta inmunización.

La investigadora Angelia Eick, anteriormente de la Johns Hopkins University y actualmente del Centro de Control de la Salud de las Fuerzas Armadas en Maryland, quería ver si aplicar la vacuna contra la gripe a mujeres embarazadas podía aumentar la protección para los bebés menores de 6 meses.

Eick y colegas estudiaron a niños de reservas aborígenes estadounidenses que son más propensos a las infecciones respiratorias agudas que la población general.

El equipo estudió a 1.160 pares de mamás y bebés durante tres temporadas de influenza. Las madres y los niños brindaron muestras de sangre antes y después de cada temporada y se les controlaron los síntomas de gripe.

En la temporada de influenza que siguió al nacimiento de los niños, los bebés cuyas madres habían sido vacunadas eran un 41 por ciento menos propensos a tener una infección por gripe confirmada por laboratorio y un 39 por ciento menos proclives a ser hospitalizados por una enfermedad afín.

Los autores también hallaron que los bebés de las mamás que se habían inmunizado presentaban mayores niveles de anticuerpos al nacer y a los 2 a 3 meses de edad, comparado con los niños cuyas mamás no habían recibido la vacuna contra la influenza.

"A pesar de que la vacunación contra la gripe se recomienda a las embarazadas para reducir su riesgo de complicaciones por influenza, estos resultados brindan respaldo al beneficio adicional de protección a los bebés contra la infección por el virus de la gripe hasta los 6 meses", escribió el equipo de Eick en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Los resultados son particularmente importantes ante lo sucedido en el 2009 con la cepa pandémica H1N1, que afectó especialmente a las embarazadas y bebés pequeños, añadieron los autores. Las vacunas actuales contra la influenza protegen del virus H1N1, así como también de otras dos cepas de la gripe.

Según Reuters Health

NOBEL DE MEDICINA 2010 PARA EL CREADOR DEL BEBE DE PROBETA

La técnica del británico Robert Edwards permitió el nacimiento de unos 4 millones de niños.

ESTOCOLMO (Reuters, EFE, DyN y Télam) -- El fisiólogo británico Robert Edwards, cuyo trabajo llevó al primer bebé de probeta, ganó el premio Nobel de Medicina 2010.

El Instituto Karolinska de Suecia galardonó a Edwards, de 85 años, por llevar felicidad a personas con problemas de fertilidad en todo el mundo.

Conocido como el padre de la fecundación in-vitro (FIV) Edwards recibió el premio de 1.500.000 dólares por lo que el instituto calificó como un "hito en el desarrollo de la medicina moderna".

Unos 4 millones de niños nacieron desde el primer bebé de probeta en 1978 gracias a las técnicas desarrolladas por Edwards junto con un colega ya fallecido, Patrick Steptoe.

"Bob Edwards cambió el modo de pensar la concepción de bebés", dijo el doctor Alan Thornhill, director científico del Centro de Fertilidad, Ginecología y Genética London Bridge.

Edwards y Steptoe, un ginecólogo, trabajaron pese a la oposición de iglesias, gobiernos y muchos medios de comunicación, así como a un intenso escepticismo de sus colegas científicos. También tuvieron problemas para financiar su trabajo y tuvieron que depender de fondos donados de forma privada.

Finalmente, en 1968, desarrollaron métodos para fecundar óvulos humanos fuera del cuerpo.

Trabajando en la Universidad de Cambridge, empezaron implantando embriones en madres infértiles en 1972. Sin embargo, varios embarazos no siguieron adelante y acabaron en abortos espontáneos debido a lo que después descubrieron eran fallos en el tratamiento hormonal.

En 1977, probaron un nuevo procedimiento que no implicaba tratamientos hormonales y dependía en su lugar en el momento exacto. El 25 de julio del siguiente año nació Louise Brown, el primer bebé de probeta.

"Estimamos mucho a Bob y estamos encantados de felicitarlo personalmente a él y a su familia", dijo Brown en un comunicado emitido junto a su madre. La mujer, que ahora tiene 32 años y estuvo siempre en contacto con Edwards, está casada y tuvo un hijo al que concibió de forma natural.

Su nacimiento fue una sensación mediática, ya que planteó interrogantes sobre ética médica, inquietudes religiosas y despertó la curiosidad humana básica. Muchos se preguntaron si un bebé concebido mediante FIV crecería con normalidad.

La importancia de un hijo

Edwards y Steptoe fundaron la primera clínica de FIV en Cambridge en 1980. Poco después, nacieron miles de niños mediante esta técnica en Gran Bretaña, Estados Unidos y otros puntos del mundo.

Tom Mathews, el director médico de la clínica, fue presentado a Edwards en 1983 y quedó impresionado por su pasión por la FIV.

"Como persona siempre encontraba el tiempo de hablar con los pacientes acerca de lo que estaba ocurriendo en el laboratorio y se regocijaba con cada niño que nacía con la fertilización", dijo.

Los procesos de FIV son ahora muy habituales. Hasta el 1 y el 2% de los bebés del mundo occidental son concebidos mediante métodos de FIV, dijo el miembro del comité Christer Hoog, profesor de biología celular.

Sin embargo, el acceso al tratamiento varía en todo el mundo. Muchos sistemas de salud europeos lo financian, pero la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva dice que la FIV en el país norteamericano puede costar hasta 12.400 dólares.

Steptoe falleció en 1988. Edwards, que está enfermo, no estaba disponible para hablar con los medios. Pero su esposa Ruth dijo en un comunicado que la familia estaba emocionada y encantada con el premio.

"Su dedicación y determinación, pese a la oposición de muchos sectores, condujeron a la exitosa aplicación de su método pionero", señaló.

1.200 nacimientos en la Argentina

Unos 1.200 niños nacen en la Argentina por año mediante la técnica de fertilización in vitro, que se implementó por primera vez en el país en 1985, y especialistas advirtieron que la infertilidad "debe ser considerada como una enfermedad", para que los tratamientos reciban cobertura de seguridad social.

En el país se practican unos 6 mil procedimientos de fertilización in vitro por año y el 20% de ellos producen nacimientos, dijo el experto de Halitus Instituto Médico, Sergio Pasqualini.

"El paso del tiempo va sirviendo para que no se le ocurra a nadie prohibir y que la técnica se imponga por sí misma", consideró el especialista.

Pasqualini advirtió que el premio Nobel "también sirve para demostrar que la infertilidad es una enfermedad, ante lo que algunos sostienen como argumento para no dar cobertura.

"Si se reconoce la infertilidad como una enfermedad, puede ser que se cubran los tratamientos. Es injusto que nos se cubran desde la seguridad social", manifestó el experto.

Críticas

El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el español Ignacio Carrasco de Paula, criticó la concesión del premio Nobel de Medicina al británico Robert Edwards, al expresar su "perplejidad" .

"¿Perplejidad? Mucha. Sin Edwards no existiría el mercado de los ovocitos. Sin Edwards no habría congeladores llenos de embriones a la espera de ser transferidos a un útero, o más probablemente para ser utilizados para la investigación, o bien para morir abandonados y olvidados por todos", manifestó Carrasco de Paula.

Carrasco, que precisó que en sus declaraciones habla a título personal, agregó que él habría votado a otros candidatos como "Mc Cullock y Till, descubridores de las células estaminales, o bien a (Shinya) Yamanaka, el primero en crear células madre inducidas (IPS).

"De todos modos la elección de Edwards no me parece completamente fuera de lugar. Por un lado, entra en la lógica perseguida por el Comité que asigna el Nobel, por el otro el científico británico no es un personaje que pueda ser infravalorado", agregó Carrasco.

Asimismo, comentó que Edwards "inauguró un nuevo e importante capítulo en el campo de la reproducción humana, cuyos resultados están a la vista de todos".

¿Quién es Robert?

Robert Edwards dedicó su carrera a ayudar a millones de personas a hacer realidad su sueño de tener hijos, "lo más importante en la vida" según sus propias palabras.

"Tenemos álbumes enteros de titulares, cosas como nacimiento probeta: un acto inmoral prohibido por el Papa", recordó Kay Elder, una de sus colaboradoras a partir de los años 80.

"Interferir con la vida humana se consideraba poco ético e indeseable. Mucho de eso venía de la propia Universidad", agregó.

Sin embargo, su deseo de hacer avanzar el conocimiento científico y su determinación para ayudar a las parejas infértiles, lo animó a seguir adelante.

"Lo más importante en la vida es tener un hijo. Nada es más especial que un hijo", dijo durante su carrera Edwards, quien no pudo reaccionar al Nobel debido a su delicado estado de salud.

Nacido el 27 de septiembre de 1925 en la localidad de Batley, cerca de Leeds (norte de Inglaterra), sirvió en el ejército británico de 1944 a 1948, antes de iniciar sus estudios de biología en la Universidad de Bangor, en Gales, y luego en Edimburgo (Escocia), donde se doctoró en 1955 con una tesis sobre el desarrollo embrionario de los ratones.

Tras un primer empleo en el Instituto Nacional de Investigación Científica en Londres, comenzó a trabajar en 1963 en la Universidad de Cambridge, donde cinco años más tarde vio por primera vez de vida creada fuera del útero.

"Nunca olvidaré el día que miré dentro del microscopio y vi algo extraño en los cultivos", dijo Edwards en 2008. "Lo que vi fue un blastocisto humano mirándome fijamente. Pensé: lo conseguimos", agregó entonces.

Una década después, el 25 de junio de 1978, nacía Louise Brown, fruto de la primera fecundación in vitro --fecundación de los ovocitos por los espermatozoides fuera del cuerpo de la madre--, en un parto rodeado del más absoluto secreto para escapar al acoso de los medios de comunicación.

Aunque vivió retirado en los últimos años, el profesor Edwards nunca dejó de mostrarse impresionado por las nuevas técnicas, ni de alentar a los científicos a seguir investigando pese a los problemas éticos que plantean los nuevos progresos de la genética.

"La ciencia tiene que avanzar. No habría habido ninguna fecundación in vitro si no hubiéramos estudiado el embrión", afirmó al recoger un premio en París en 2007.

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