CIGARRILLOS COSTOSOS, MENOS ADOLESCENTES QUE FUMAN

Australia parece haber hallado cómo reducir el tabaquismo adolescente: impuestos más altos al cigarrillo, leyes que prohíban fumar y programas con buen financiamiento que invitan a dejar el hábito.

Investigaciones australianos determinaron en un estudio que esos elementos ayudaron a frenar el consumo de cigarrillos en jóvenes.

"Lo que demuestra esto realmente es que sabemos cómo reducir el consumo de tabaco entre los jóvenes", dijo el doctor Michael Siegel, de la Escuela de Salud Pública de Boston University.

"Contamos con las herramientas; es sólo una cuestión de tener la voluntad política necesaria para implementar estas políticas", dijo Siegel, quien investiga el control del tabaquismo pero no participó en el estudio australiano.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés), fuma 1 de cada 6 estudiantes del nivel secundario en Estados Unidos.

Dado que la mayoría de los adultos fumadores empiezan a fumar antes de los 18 años, evitar que eso suceda en la adolescencia es clave para prevenir la mortalidad que causa el tabaquismo.

En el nuevo estudio, publicado en Addiction, el equipo de la doctora Melanie Wakefield, de The Cancer Council en Victoria, determinó el efecto de las políticas antitabáquicas y del aumento de los impuestos al cigarrillo en el consumo adolescente.

Cada 3 años, entre 1990 y el 2005, el equipo entrevistó a más de 20.000 estudiantes de educación secundaria de Australia para conocer si habían fumado un cigarrillo en el último mes.

Luego, el equipo comparó las tasas de tabaquismo adolescente con los cambios del precio de los cigarrillos en esos 15 años, ajustados por la inflación, y con el estado de las políticas antitabáquicas, como la prohibición de fumar en lugares cerrados.

El consumo adolescente descendió del 23 por ciento en 1990 al 13 por ciento en el 2005. En ese período, se duplicó el costo de los cigarrillos (de 20 a 40 centavos cada uno) por el aumento de los impuestos al tabaco.

Los autores observaron también que a medida que aumentaba el gasto del Gobierno en campañas antitabáquicas, disminuía el tabaquismo adolescente. Lo mismo ocurrió con la prohibición de fumar en lugares cerrados.

Otros programas, como los intentos para reducir la posibilidad de que los adolescentes pudieran comprar cigarrillos, no ayudaron a reducir el consumo de tabaco y los autores indicaron que es difícil conocer su fuerza de aplicación.

De hecho, los métodos que funcionaron estaban orientados a los adultos, dijeron los investigaciones en el reporte.

El estudio no prueba que todas las medidas adoptadas en Australia hayan hecho que se fumara menos.

Según Siegel, en Estados Unidos, las políticas como la prohibición de fumar en restaurantes también influyeron en la reducción del tabaquismo adolescente.

"Estas medidas funcionan no porque impacten directamente en los jóvenes, sino porque cambian el entorno social" del tabaquismo, explicó. "Hacen que pierda su atractivo", enfatizó.

Pero Siegel está preocupado de que esas políticas antitabáquicas dejen de ser una prioridad para las autoridades de Estados Unidos.

Existe "la percepción de que es un problema controlado, pero no es así. Necesitamos invertir más dinero en este tipo de programas que, sabemos, son efectivos", agregó.

FUENTE: Addiction, online 14 de marzo del 2011.


AUMENTAN LOS CASOS DE PLAGIOCEFALIA

Los casos de "cabeza plana" en bebés y niños pequeños parecen estar aumentando, según un nuevo estudio de bebés de Texas.

La incidencia de plagiocefalia, es decir el aplanamiento del cráneo ya sea en la parte frontal o posterior de la cabeza, ha aumentado desde que la Academia Estadounidense de Pediatría recomendó por primera vez en 1992 que los niños se acostaran boca arriba para reducir el riesgo de muerte súbita del lactante (SMSL), apuntaron los investigadores.

El nuevo estudio parece confirmarlo. Los investigadores revisaron los datos del Registro de Defectos de Nacimiento de Texas e identificaron los casos de plagiocefalia reportados entre 1999 y 2000. Durante este periodo, el número de casos aumentó de 3 a 28.8 por 10,000 nacimientos vivos, un aumento de más de nueve veces.

El número total de casos reportados durante el periodo de estudio fue de 6,295 y el número medio de casos aumentó en más de 21 por ciento al año. Una gran parte del incremento a nivel estatal tuvo lugar en la región de Dallas/Fort Worth, donde la prevalencia de la plagiocefalia aumentó 23.2 veces, al pasar de 2.6 a 60.5 casos por 10,000 nacimientos vivos.

El incremento en el número de casos en Texas se observó en todos los subgrupos, ya sea sobre la base de edad de la madre, la raza o etnia, nivel educativo o un factor del bebé, como el sexo o la edad gestacional.

"Una pequeña parte pudo haberse debido quizá al retraso en el cumplimiento de la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría para acostar al bebé en posición supina y al ligero aumento de los nacimientos prematuros", escribió un equipo dirigido por Shane U. Sheu, del Departamento Estatal de Servicios de Salud .

Sin embargo, los expertos en pediatría se apresuraron a señalar que el hallazgo no debería disuadir en modo alguno a los padres de proteger a sus bebés del SMLS al acostarlos boca arriba.

"La recomendación de acostar a los bebés boca arriba en la primera infancia sigue en pie, pues la tragedia del síndrome de muerte súbita del lactante no se compara con el occipucio [parte posterior de la cabeza] aplanado", señaló el Dr. Peter Richel, jefe de pediatría del Hospital Northern Westchester en Mount Kisco, Nueva York. "Entonces, recomendamos acostar a los bebés boca arriba hasta que aprendan a voltearse por su cuenta [aproximadamente a los seis meses de edad]. También, la incidencia del SMSL es mayor en los primeros seis meses de vida, por lo que es una medida acertada".

A otro experto no le sorprendieron los hallazgos de Texas e hizo hincapié en que el aplanamiento del cráneo se corrige normalmente con facilidad.

Ahora que los bebés duermen boca arriba, no es de extrañar que un número pequeño aunque creciente presente asimetrías en la forma del cráneo", apuntó el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y del comportamiento en el Centro Médico Infantil Steven and Alexandra Cohen de New Hyde Park, NY.

"En muchos casos estas asimetrías mejorarán o desaparecerán con el tiempo tan pronto el niño empiece a pasar más tiempo sentado o de pie", agregó. "Los padres que están preocupados por la forma del cráneo de su hijo deben hablar con su pediatra, que les dará algunas sugerencias sencillas con respecto a la posición y colocación del bebé en la cuna. Incluso los niños que tienen las asimetrías más graves en el cráneo pueden ser tratados de manera eficaz a través de métodos como el 'casco moldeador'".

Según Richel, estos cascos se recomiendan por lo general para bebés con un aplanamiento "significativo" del cráneo y se usan por un promedio de cuatro meses. "Este casco vuelve a dar forma al cráneo a medida que el cerebro y el cráneo siguen desarrollándose", explicó. "Cuando se suspende el uso del casco, los bebés tienen más movilidad y pasan menos tiempo en posición supina. Esto no se hace por razones médicas sino estéticas. El uso del casco no es doloroso ni perjudicial".

El estudio aparece en línea y en la edición impresa de agosto de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Robert Preidt
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FÓRMULAS INFANTILES CON TOXINAS ALTERARIAN LAS HORMONAS

Las fórmulas y los alimentos sólidos para los bebés suelen contener hormonas derivadas de los hongos que causan infertilidad en los mamíferos.

Un equipo de la Universidad de Pisa informó que el 28 por ciento de las muestras de fórmulas analizadas estaba contaminado con los llamados micoestrógenos.

Los autores probaron 185 muestras de fórmula y 44 muestras de alimentos derivados de la carne de 21 marcas comerciales de Italia. Las sustancias detectadas fueron zearalenona y sus derivados, que provienen del Fusarium, una familia de hongos comunes en las granjas.

Aunque esas sustancias químicas, similares al estrógeno humano, están asociadas con la infertilidad en mamíferos, se desconoce si los bebés expuestos a esos compuestos a través de la comida o la fórmula podrían desarrollar trastornos reproductivos en el futuro.

El equipo aclara que sus resultados deben confirmarse con más estudios, pero que deberían instar a mejorar el control de las fórmulas y los alimentos para bebés. "Nuestro estudio prueba que los alimentos infantiles contienen micoestrógenos", dijo el autor principal, Francesco Massart.

Los micoestrógenos son algo natural en la agricultura comercial. Se encuentran en cultivos como el maíz, el trigo y la soja para consumo humano y animal.

En los campos con ganado de Estados Unidos se usa una de esas sustancias, el alfa zeralanol, para estimular el crecimiento de los animales, aunque la Unión Europea lo prohibió a mediados de la década de 1980.

El equipo italiano analizó 185 muestras de 14 marcas de fórmula infantil con leche de vaca y 44 muestras de alimentos para bebés de siete marcas, que incluían carne vacuna, pollo, pavo, ternero, caballo, conejo, jamón y cordero.

El 9 por ciento (17) de las muestras de fórmula contenía zearalenona y un cuarto de las muestras se encontraron dos derivados de la molécula, alfa y beta zearalenol. En menos del 25 por ciento de las muestras de alimentos con carne se detectaron sólo los derivados alfa y beta zearalenol.

Las concentraciones de micoestrógenos variaron ampliamente, pero, en general, estuvieron por debajo del nivel máximo de consumo diario que recomienda la Organización Mundial de la Salud: 0,5 microgramos/kg. Las concentraciones promedio de beta zeralenol en las fórmulas fueron cuatro veces superiores al nivel máximo recomendado.

Aun así, Massart aclaró: "Los niños, en especial los prematuros, están potencialmente expuestos a dosis más altas de micotoxinas durante los primeros tiempos, pero nadie sabe cuáles son los efectos en el largo plazo".

Ensayos con animales y los pocos estudios sobre seres humanos que existen sugieren que la exposición temprana a las micotoxinas afectaría la salud.

"Deberían hacerse estudios para determinar los niveles seguros de metabolitos de la zearalenona en las materias primas y los compuestos utilizados para la producción de alimentos, en especial para los bebés y los niños, los más sensibles a las sustancias químicas ambientales", sostuvo Massart.

Gilbert Ross, director médico de American Council on Science and Health, una ONG de Nueva York, no estuvo de acuerdo. "Detectar algo en los alimentos no significa que sea dañino", señaló.

"Los métodos de detección identificaron niveles (de contaminantes) muy bajos como para lesionar la salud humana, incluida la de los bebés. Como destacan los autores, las concentraciones de esas sustancias en los productos 'son poco relevantes' porque el organismo las destruye y las elimina rápidamente", agregó.

Por Adam Marcus
FUENTE: The Journal of Pediatrics, online 11 de marzo del 2011.

BEBES NO DEBERIAN USAR REPELENTES

Los niños menores de seis meses no deben usar repelentes. Los que están en edad escolar lo deben usar preferentemente a la mañana y tardecita. La embarazadas deben utilizar estos productos todo el tiempo.

Los repelentes más recomendados para el uso en la prevención de la picadura del Aedes aegypti, transmisor del dengue son los que contienen permetrina o el dietil trinisol tolueno, más conocido por las siglas DEET, indica la doctora Patricia Luraschi, pediatra.

Los repelentes son productos muy demandados ante la contingencia que presenta la epidemia del dengue, porque los padres buscan formas efectivas de proteger la salud de la familia y en especial de los niños.

Por esta razón, la doctora Luraschi aclara que los repelentes a ser utilizados tienen que tener entre unos 30 y 35% de concentración de permetrina o DEET, ya que una concentración más baja podría ser ineficiente en el efecto de repeler a los mosquitos. Dijo que en caso de concentraciones mayores, el producto puede resultar tóxico.

"Lo que está recomendado es el DEET, del 30 al 35%, indicación que debe estar en el prospecto", recalca la pediatra.

Agrega que "hay algunas fábricas de productos para bebés que tienen un repelente con una concentración más baja, pero puede no cumplir con la misión de repeler", alerta.

USO EN NIÑOS.

La especialista en niños informa que no existen estudios sobre utilización de repelentes en bebés menores de un año.
Agrega que por esta razón en los niños de hasta seis meses no se recomienda usar el producto.
"En menores de seis meses no está recomendado el uso del repelente ni siquiera en la ropa, por el riesgo de que puedan inhalar y producir problemas de tipo respiratorio", afirma.

Agrega que la mejor prevención para este grupo etario es que permanezcan bajo mosquitero, de ser posible, todo el día. Y en todo caso colocar un poco de repelente en los extremos del mosquitero.
A partir de los 6 meses se puede aplicar en la ropa del niño y en la piel, luego de los 1 año, añade.

EMBARAZADAS.

En el caso de las mujeres embarazadas, la recomendación del uso de repelente es prácticamente una exigencia de prevención.

La doctora Luraschi explica que la embarazada es una persona con morbilidad de base altamente compleja, por lo que el embarazo es un factor de riesgo.

Añade que los alérgicos también deben usar repelentes a menos de que se generen reacciones adversas.

CONSEJOS ÚTILES

Los niños en edad escolar deben usar repelentes con mayor preferencia en las primeras horas de la mañana y al caer la tarde.

Se recomienda que las maestras tengan repelentes en el aula para aplicar a los alumnos a la hora de la entrada, en el turno mañana y a la salida en el turno tarde.

La aplicación de repelentes puede renovarse cada 3 o 4 horas, especialmente en días de calor.

Se sugiere la colocación en todo el cuerpo para ampliar la acción preventiva, especialmente en los niños, y evitar su aplicación en la cara.

El uso de repelentes que se vaporizan en los enchufes se recomienda en las piezas, y el espiral en otras dependencias de la casa.

En el interior se quema la bosta de vaca como una forma de ahuyentar los insectos.

No se recomiendan ciertos productos naturales, como del cedrón, porque no existen estudios sobre su efectividad.  Se pueden usar productos de limpieza que contengan citronella.



PADRES FUMADORES PASAN NICOTINA A SUS HIJOS

El tabaquismo es una de esas adicciones que no sólo daña a quien lo practica y en el caso de padres fumadores, los principales perjudicados pueden ser los hijos.

Un estudio acaba de demostrar que bebés de padres adictos al tabaco, que comparten la misma habitación al dormir, registran un alto nivel de nicotina, lo que supera en tres vecesel nivel que se encontró en niños que descansan en otra habitación de la casa.

La investigación, que se realizó en Cataluña, España; señala que los pequeños están expuestos al llamado "humo de tercera mano", que son las partículas nocivas del tabaco que se impregna en la piel, la ropa y en los cabellos de sus padres.

Los especialistas, encargados del estudio, señalan que el tabaquismo pasivo, es la primera causa de muerte evitable en niños que vieven en países desarrollados.

Guadalupe Ortega, líder del proyecto y coordinadora del programa Atención Primaria sin Humo del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, explica que el trabajo destaca que un grupo de niños muy vulnerables al humo de tabaco, están siendo expuestos en los espacios privados, como lo es el hogar, donde hasta el momento no hay campañas de restricción.

La investigación se publicó en la BMC Public Health, se analizaron los datos de 96 centros de Atención Primaria de Cataluña, donde se encuestó a 1123 padres y madres de bebés menores de 18 meses, que tenían al menos un padre adicto al tabaco.

Se estudiaron las muestras de cabello de 252 bebés, para verificar sus niveles de nicotina y después se realizaron visitas de seguimiento a los tres y seis meses.

¿El resultado?: 73 por ciento de los padres dijo ser fumador o que fumaba en casa, mientras que el 83 por ciento de los bebés mostraron altos niveles de nicotina.

La especialista señaló que aunque se ventilen las habitaciones o se fume en la ventana de la vivienda, los resultados son los mismos, lo único es hacer de la vivienda un espacio libre de humo para evitar el daño a los niños.

Otro dato importante es que el padre fumador que pasa más tiempo con el bebé, aunque sea la mamá, expone más al niño a los tóxicos del tabaco.

Desde Su Medico

MAS NIÑOS QUE NIÑAS PADECEN ENURESIS NOCTURNA INFANTIL

Cinco de cada 100 niños mojan la cama por la noche y un estudio revela que los varones son dos veces más propensos que las mujeres a hacerlo.

Sobre más de 6.000 niños, los autores hallaron que 7 de cada 100 varones y 3 de cada 100 niñas se hacían pis en la cama por lo menos una vez por mes.

La enuresis es hereditaria en 4 de cada 10 casos, dijo el doctor Joseph Barone, urólogo pediátrico de Bristol-Myers Squibb Children's Hospital, de Nueva Jersey.

A veces, la relación entre la vejiga y el cerebro demora en desarrollarse, especialmente en los varones, porque las niñas maduran más rápido.

Pero a los 15 años, el 99 por ciento de los niños supera la enuresis, afirmó Barone, que no participó del estudio publicado en Journal of Pediatrics.

El equipo les pidió a los padres de 3.000 niñas y de 3.100 niños de Hong Kong que respondieran con qué frecuencia sus hijos mojaban la cama. Los niños tenían entre 6 y 11 años.

Se observó, sin sorpresa, que la enuresis disminuía con la edad: 9 de cada 100 niños de 6 años mojaban la cama, comparado con 2 de cada 100 niños de 11 años.

En la mayoría de los casos, la mejor manera de curar la enuresis es usar una alarma, indicó Barone. Se trata de un sensor que se coloca en el pijama y se activa cuando el niño se hace pis. Está conectado a una alarma en un cinturón o cerca de la cabeza. Cuesta entre 50 y 60 dólares, aunque los modelos más modernos cuestan hasta 150 dólares.

Los sistemas de alarma son los de primera elección y son efectivos el 80-90 por ciento de las veces.

Si no dan resultado, se pueden utilizar fármacos, según comentó Barone, como acetato de desmopresina (DDAVP, por sus siglas en inglés) o imipramina, pero tienen efectos adversos.

El equipo, del Prince of Wales Hospital, de University of Hong Kong, no respondió a tiempo las preguntas de Reuters Health.

En el estudio se incluyó también a un grupo más pequeño de niños (unos 400 con alto riesgo de desarrollar apnea del sueño y 200 sin el trastorno) para estudiar si la apnea del sueño está asociada con la enuresis.

Los autores no hallaron esa relación: 9 de cada 10 niños de ambos grupos mojaban la cama. Esta fue una frecuencia más alta que en el grupo más grande estudiado, quizá porque se los había observado directamente en un laboratorio del sueño.

Ese trastorno del sueño afecta a 1 de cada 50 niños, según American Academy of Pediatrics, y se soluciona con la extracción quirúrgica de las amígdalas o adenoides. Esto también elimina la enuresis en la mitad de los casos con ambos trastornos, indicó Barone.

Pero el médico dijo que la alarma da buen resultado en la mayoría de los niños con enuresis. "Lo único que cura la enuresis es superarla", finalizó Barone.

Por Leigh Krietsch Boerner
Reuters Health

PARALISIS CEREBRAL DISMINUYE EN PREMATUROS

La tasa de parálisis cerebral en bebés muy prematuros sería mucho más baja que hace 20 años, sugirió un estudio realizado en un hospital grande.

La parálisis cerebral se refiere a un grupo de condiciones, generalmente desde el nacimiento, que daña el movimiento, el equilibrio y la postura. El deterioro, que incluye el retraso mental y la imposibilidad de caminar, puede ser de leve a grave. Se desconoce su causa exacta.

Un equipo del Centro Médico Universitario Utrecht, en Holanda, halló que entre 1990 y el 2005 las tasas de parálisis cerebral bajaron en los bebés prematuros atendidos en la unidad de terapia intensiva neonatal (UTIN).

Entre 1990 y 1993, se diagnosticó el trastorno al 6,5 por ciento de 755 bebés, comparado con el 2,2 por ciento de los 913 recién nacidos atendidos en la UTIN entre el 2002 y el 2005, publicó The Journal of Pediatrics.

La mayor parte de esa reducción estaría asociada con un 93 por ciento menos de nacimientos prematuros con daños graves en la materia blanca del cerebro o leucomalacia periventricular quística. Esto suele suceder por infecciones maternas.

Uno de los factores protectores contra la parálisis cerebral fue la administración de antibióticos a la madre en el trabajo de parto prematuro, indicó la doctora Linda de Vries.

En general, los investigadores atribuyen la reducción de la tasa de parálisis cerebral a los avances recientes en la atención prenatal, como la administración de corticoesteroides a las embarazadas en riesgo de tener un parto prematuro para acelerar el desarrollo pulmonar fetal.

"Con los años vimos una reducción de la cantidad de bebés que necesitan asistencia respiratoria después del parto", dijo de Vries. Dado que menos niños prematuros necesitaron usar respiradores, menos han sufrido el daño cerebral que provoca una parálisis. Los resultados, de acuerdo a Vries, son "una muy buena noticia".

Y si bien corresponden a un solo centro, la autora opinó que existen cifras similares en otros países.

Un estudio reciente de Canadá identificó una reducción de la prevalencia del trastorno en los últimos 30 años, mientras que otro de la University of California, en San Francisco, halló un descenso de la tasa de leucomalacia periventricular quística desde la década de 1990.

Se desconoce por qué otros estudios no han podido identificar esta tendencia en la parálisis cerebral. Para de Vries, un motivo podría ser que algunos han tenido en cuenta a los prematuros más extremos, es decir, los niños nacidos entre las semanas 23 a 24 de gestación.
En cambio, los bebés considerados en el nuevo estudio nacieron a partir de la semana 25.

Un estudio de Estados Unidos publicado hace un mes destacó la importancia de la prematuridad, y quizás de la atención prenatal, en el riesgo fetal de desarrollar la parálisis.

Según el estudio, sobre 6,2 millones de partos en California entre 1991 y el 2001, los bebés negros eran un 30 por ciento más propensos que los blancos a nacer con parálisis cerebral.

Nacer con bajo peso habría explicado ese aumento del riesgo. La prevalencia de la parálisis cerebral fue de 1,4 casos por cada 1.000 niños nacidos vivos.

Por Amy Norton
FUENTE: The Journal of Pediatrics, online 3 de marzo del 2011.

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