Las mujeres obesas son con mayor frecuencia estériles, el riesgo de sufrir abortos se multiplica por dos y durante el embarazo tienen un riesgo incrementado de padecer tromboembolismos, diabetes gestacional, hipertensión o preeclamsia, apneas del sueño y complicaciones infecciosas.
Así lo ha aseverado la ginecóloga Nieves González en la última sesión clínica hospitalaria que se celebra semanalmente en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, que ha versado sobre las complicaciones en el embarazo de una mujer obesa y las repercusiones que tiene para el feto y recién nacido.
La ginecóloga disertó sobre las consecuencias que tiene la obesidad, a la que definió como la "primera epidemia de origen no infeccioso que afecta a la especie humana", en la fisiopatología de la mujer durante el embarazo.
La especialista hizo una detallada comparación del funcionamiento de sistema circulatorio, respiratorio y los cambios metabólicos entre una gestante normal y una gestante obesa.
Según la doctora González, en el caso de las mujeres obesas las complicaciones intraparto son también más frecuentes y, en un elevado número de casos, finalizan mediante cesáreas.
Este procedimiento quirúrgico --agregó-- conlleva para ellas mayores riesgos y complicaciones que para la gestante no obesa, incluidas las derivadas de la anestesia. "El crecimiento fetal puede alterarse, tanto por exceso como por defecto, y los recién nacidos presentan con mayor frecuencia complicaciones perinatales. Muchas mujeres obesas abandonan la lactancia precozmente, cuando tan beneficiosa resultaría tanto para ellas como para su descendencia", comentó.
La ginecóloga destacó también que el recién nacido de una madre obesa "se ha desarrollado en un entorno uterino desfavorable que puede condicionar cambios bioquímicos que quedarán grabados a perpetuidad en su sistema metabólico". "Estos niños tienen un riesgo incrementado de presentar obesidad durante la infancia y en la vida adulta, además de hipertensión, dislipemia, hipertensión y trastornos cardiovasculares", advirtió.
Por todos estos motivos, ginecólogos y endocrinólogos desaconsejan el embarazo en mujeres obesas indicándoles en todo momento la necesidad de planificar sus embarazos y regularizar su peso antes de la gestación.
La doctora indicó que la administración de ácido fólico antes de que se inicie el embarazo tiene una gran importancia, ya que permite prevenir algunas malformaciones fetales especialmente frecuentes en la mujer obesa. "Las gestantes obesas requieren una atención específica durante el embarazo, el parto y el postparto, para evitar las complicaciones referidas cuando sea posible, o atenderlas precozmente si se presentan", concluyó.
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