Dormir mal en la adolescencia podría relacionarse con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca más adelante, sugiere un estudio reciente.
Investigadores canadienses observaron a más de 4,100 adolescentes y hallaron que dormían, en promedio, 7.9 horas por noche en las noches de semana, y 9.4 horas por noche en los fines de semana. Casi 20 por ciento reportó sueño de mala calidad durante la semana, y 10 por ciento sueño de mala calidad los fines de semana.
Alrededor del 6 por ciento de los niños dijeron que usaban fármacos para ayudarles a dormir, según el estudio, que aparece en la revista CMAJ (Canadian Medical Association Journal).