Un nuevo sistema que graba los balbuceos de los bebés y analiza su evolución es capaz de diferenciar, en un alto porcentaje de los casos, si el niño padece autismo o un desarrollo tardío del habla.
El método se ha probado con 282 niños en EEUU, los cuales llevaron en ropas especiales el dispositivo que grababa sus vocalizaciones durante todo el día. Los investigadores, que han publicado sus resultados en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', emplearon un total de 1.486 días o, lo que es lo mismo, más de tres millones de sonidos grabados.
Para su estudio, emplearon un algoritmo (es decir, un 'software') que analizaba automáticamente 12 parámetros relacionados con la evolución del lenguaje, como puede ser la capacidad de los niños para pronunciar sílabas.