USAR ANTIEPILÉPTICOS DURANTE LA LACTANCIA NO AFECTARIA AL BEBÉ

Un nuevo estudio pequeño contradice la idea de que la lactancia materna mientras la mujer toma antiepilépticos puede alterar el desarrollo cognitivo del bebé.

La mayoría de los hijos de mujeres con epilepsia habrá estado expuesto a un antiepiléptico durante la gestación, ya que casi todas las embarazadas epilépticas necesitan esos fármacos para controlar las convulsiones.

Pero, ¿las madres deberían exponerlos aún más después del parto a través de la lactancia?
El nuevo estudio, publicado en la revista Neurology, ofrece alguna respuesta a las nuevas madres con epilepsia que quieren amamantar a sus bebés.

Pero los autores advierten que el estudio es un primer paso hacia la comprensión de las interacciones entre la lactancia, los antiepilépticos y el desarrollo cerebral de los niños.

Por ahora, los padres deben seguir evaluando los beneficios de la lactancia (menos riesgo de infecciones precoces, eccema, asma y síndrome de muerte súbita del lactante) contra los riesgos teóricos de exponer a sus bebés a los antiepilépticos a través de la leche materna. Y el estudio ofrece más información para tomar esa decisión.

El equipo siguió a 199 niños de Estados Unidos y el Reino Unido; sus madres tomaron uno de cuatro remedios antiepilépticos durante y después del embarazo. Los fármacos eran valproato (Depakine, Epilim), carbamazepina (Carbatrol, Tegretol), lamotrigina (Lamictal) y fenitoína (Dilantin).

El 42 por ciento de los niños había recibido lactancia materna (entre los 3 meses y los 2 años, pero en general durante seis meses).

A los 3 años, según test cognitivos estandarizados, los niños no tenían signos de que la exposición a los antiepilépticos a través de la lactancia hubiese dañado su coeficiente intelectual (CI).

El CI promedio en ese grupo de bebés fue de 99, comparado con 98 en el grupo alimentado con mamadera. Ninguno de los fármacos estuvo asociado con un posible efecto en el CI, aunque la cantidad de niños expuestos a cada fármaco fue reducida.

"Definitivamente, esto tranquiliza a los padres", dijo el doctor Steven V. Pacia, director del Centro de Epilepsia del Hospital Lenox Hill en Nueva York.

Aun así, Pacia, que no participó del estudio, aclaró que esta investigación es apenas "un buen primer paso" porque las mujeres estudiadas tomaban sólo cuatro de los tantos tipos de medicamentos disponibles para tratar la epilepsia.

Esos fármacos varían en cuanto a la cantidad que pasa a la leche materna y en cómo lo metaboliza el bebé. De modo que, para Pacia, es posible que cada medicina, cuando pasa al bebé a través de la leche materna, tenga distintos efectos en el desarrollo cognitivo del pequeño.

El doctor Kimford J. Meador, autor principal del estudio y profesor de neurología de la Escuela de Medicina de la Emory University de Atlanta, coincidió en que los resultados son un paso inicial para tranquilizar a los padres.

Además, consideró que sería útil que los próximos estudios analicen muestras de leche materna y de sangre de los bebés para determinar qué cantidad del fármaco materno pasa al amamantarlo.

Las guías de la Academia Estadounidense de Neurología y de la Sociedad Estadounidense de Epilepsia sugieren que durante el embarazo, las mujeres sólo usan un antiepiléptico cuando es necesario, y en la dosis más baja posible, para reducir las posibilidades de que el bebé desarrolle malformaciones congénitas.

En especial, se les aconseja a las mujeres evitar el valproato en el embarazo cuando sea posible. El fenobarbital (Luminal) y la fenitoína tampoco deberían usarse en el embarazo.

Pero en el nuevo estudio, la lactancia durante el consumo de valproato no estuvo asociada con ningún efecto en el CI de los bebés. Meador planteó que la lactancia materna expondría a los bebés a dosis muy bajas de los medicamentos, comparado con la cantidad que cruza la placenta en el embarazo.

Por Amy Norton

Según Publico.es

EMBARAZADAS CON DIABETES O SOBREPESO PODRIAN TENER BEBES CON PROBLEMAS RENALES

Los niños con enfermedad renal crónica (ERC) son más propensos a tener madres que estaban obesas o tenían diabetes durante el embarazo, según un estudio de la Universidad de Washington en Seattle que se ha hecho público durante la reunión y exposición anual de la Sociedad Americana de Nefrología que se celebra en Denver (Estados Unidos).

Este estudio incluyó a más de 4.000 pacientes con ERC infantil, diagnosticada a los 21 años o antes, en el estado de Washington. Estos pacientes fueron comparados con más de 20.000 niños sanos para evaluar las posibles relaciones entre una mujer embarazada que tiene diabetes, obesidad o sobrepeso, y el riesgo de que su bebé desarrolle ERC en algún momento de su infancia, niñez o adolescencia.

La tasa global de ERC en la niñez era de aproximadamente un 0,26 por ciento, alrededor de un caso por cada 400 nacimientos. Cuando los investigadores ajustaron la duración de gestación, el riesgo de ERC era un 69 por ciento superior en los niños cuyas madres tenían diabetes antes del embarazo. En el caso de los niños cuyas madres desarrollaron la diabetes durante el embarazo existía un 28 por ciento más de riesgo de ERC. Los niños de madres obesas demostraron un aumento del 22 por ciento en el riesgo de ERC.

El riesgo de bloqueo urinario, que puede conducir a ERC, era un 34 por ciento mayor en los niños de madres que tuvieron diabetes gestacional, un 23 por ciento en los niños de madres obesas y un 21 por ciento en aquellas con sobrepeso.

En los adultos, la ERC a menudo está relacionada con condiciones médicas como la diabetes y la hipertensión. Sin embargo, según señala Christine W. Hsu, responsable del estudio, "el desarrollo de ERC en la niñez podría estar programado antes del nacimiento". Existen pocos estudios que hayan examinado los posibles factores de riesgo del desarrollo de la ERC antes de la vida adulta.

Los investigadores explican que estudios previos han mostrado que la diabetes maternal está asociada con un mayor riesgo de anomalías congénitas, aunque un control estricto del trastorno lleva a que la tasa en el desarrollo de estas anomalías sea igual a la de las madres no diabéticas.

Los nuevos resultados plantean la posibilidad de que un control más estricto de la diabetes y del control del peso durante el embarazo puedan disminuir el riesgo de los niños de desarrollar ERC

Via: Europapress

SER MAMÁ DESPUES DE LOS 45 AÑOS SERIA RIESGOSO

Las mujeres que quedan embarazadas después de los 45 años corren alto riesgo de sufrir complicaciones, al igual que sus bebés, advirtió un equipo de investigadores de Israel.

Por ejemplo, son tres veces más propensas que las mujeres más jóvenes a desarrollar diabetes e hipertensión durante el embarazo, publicó el equipo en American Journal of Obstetrics & Gynecology.

En las mujeres mayores es más alta la tasa de parto prematuro y de placenta previa (que obstruye el canal de parto).

"A mayor edad, menos individuos (sanos). Y menos mujeres sanas tienen riesgo más altos en el embarazo", dijo a Reuters Health el doctor Maximilian Franz, de la Universidad Médica de Viena, que no particip del estudio.

Cada vez más mujeres retrasan la maternidad y los expertos se preguntan con qué consecuencias para la madre o el bebé. La mayoría de los estudios disponibles se concentraron en las mayores de 35, pero no de 40 años.

El equipo de Yariv Yogev, de la Universidad de Tel Aviv, analizó los resultados del embarazo en mujeres de distintas edades atendidas en un hospital local entre el 2000 y el 2008.

De las 80.000 mujeres que tuvieron un bebé en ese período, 177 (el 0,2 por ciento) tenían 45 años o más. La mayoría había concebido con óvulo de donante y el 80 por ciento tuvo el parto por cesárea, lo que equivale al doble de la tasa general.

Al comparar a las madres mayores con las menores de 44 años, el equipo halló que el 17 por ciento y el 6 por ciento, respectivamente, había desarrollado diabetes gestacional.

El 9 por ciento de las madres mayores había tenido hipertensión en el embarazo, lo que suele afectar al 3 por ciento de las embarazadas.

El 6 por ciento había tenido placenta previa, una cifra 6 veces mayor que la tasa general.

La edad avanzada también acortó los embarazos. Más de una de cada cinco madres mayores tuvo a su bebé antes de la semana 37 de gestación (un embarazo normal dura 40 semanas), a diferencia de una de cada 10 de todas las mujeres.

Además, las madres mayores fueron más propensas a tener fiebre y hemorragias graves posparto. Ellas y sus bebés necesitaron una hospitalizacin más prolongada y fue más común la internación de los bebés en terapia intensiva pediátrica.

El 4 por ciento de los recién nacidos de mamás mayores de 45 años desarrolló problemas metabólicos, como bajo nivel de azúcar en sangre, comparado con menos del 2 por ciento de los bebés de las mujeres de todas las edades.

El riesgo de sufrir complicaciones y de tener un parto prematuro aumentó aún más en las 27 mujeres que tuvieron un hijo a los 50 años o más.

Por Alison McCook

Fuente: Publico

ASMA Y ALERGIAS TENDRIAN ORIGEN EN EL UTERO

La vida intrauterina influye mucho en la salud de los futuros bebés. Parece que las posibilidades de desarrollar alergias y asma se relacionan con el crecimiento en momentos clave de la gestación, concluyó una nueva investigación.

"Las alergias y el asma infantil se transformaron en una epidemia en los países desarrollados en los últimos 50 años. Esta investigación muestra que para combatir esta realidad debemos comprender más a fondo cómo se desarrollan los chicos en el útero", dijo Keith Godfrey, de la Universidad de Southampton (Reino Unido).

EL ASMA Y LAS ALERGIAS

El asma afecta las vías respiratorias, que se vuelven muy sensibles a ciertas sustancias del medio ambiente. Cuando una persona entra en contacto con estos compuestos, las vías aéreas se inflaman reduciendo el espacio por el que circula el aire. Por ese motivo, la respiración se vuelve dificultosa y sibilante. Otros síntomas comunes incluyen la fatiga, la rigidez torácica y la tos.

Las alergias, por su parte, ocurren cuando el sistema inmune responde de manera exagerada a sustancias como el moho, el polvo y el polen, entre muchos otros. Al entrar en contacto con estos desencadenantes surgen síntomas como moco, picazón, espasmos musculares y problemas cutáneos, entre muchos otros.

CRECIMIENTO UTERINO

Para analizar la influencia de la vida intrauterina en el desarrollo de estas patologías, los autores trabajaron con 1.500 chicos de tres años. A su vez, consiguieron los datos de cómo se alimentaron sus madres antes y durante el embarazo y como crecieron los niños durante la gestación.

Godfrey encontró que el 27% de los chicos que había crecido muy rápido al comienzo de embarazo pero que decayó después presentaba alergias comunes. Por el contrario, solo el 4% de los niños que se desarrollaron lento al principio y más rápido después presentaron este problema.

"Ya sabíamos que el crecimiento intrauterino influye en la susceptibilidad a la obesidad y a las enfermedades cardíacas más tarde en la vida, pero ésta investigación ofrece evidencia de que los cambios en el sistema inmune y el desarrollo de los pulmones antes del nacimiento predispone a algunas de las enfermedades más comunes de la infancia", concluyó el especialista.

Según : Prensa Libre

COMO CRECEN LOS NIÑOS

EN CADA ETAPA TU BEBÉ TE SORPRENDERÁ CON LAS COSAS QUE PUEDE HACER

Abre sus ojitos y sonríe. Después no hay quien le consuele el llanto. Empieza a balbucear y cuando menos piensas te dice adiós para ir al jardín de niños. Tu bebé creció en un abrir y cerrar de ojos. Cada paso, sonrisa, cada momento se quedará en tu corazón como uno de los recuerdos más valiosos de tu vida. Pero lejos de todo este velo de ternura que envuelve la llegada de un bebé a la familia, es importante que como mamá estés atenta a su desarrollo para detectar cualquier problema que al final pueda afectar su interacción con otros niños o bien su nivel de aprendizaje.

Para el pediatra José Manuel Velasco, las mamás pueden realizar un sencillo autodiagnóstico de su hijo que les permita asegurarse que su bebe tiene un desarrollo adecuado.

El especialista dice que el desarrollo psicomotriz le permitirá a la mamá realizar una evaluación sobre su inteligencia, psicología y conducta. Comenta que este desarrollo se da de la cabeza a los pies “lo que se conoce como céfalo caudal”. Es así que primero el pequeño fijará la mirada, después sostendrá el cuello y finalmente se podrá sostener de pie.

Dormilones y llorones

Al nacer el bebé dormirá prácticamente todo el día y sólo despertará para cubrir sus necesidades. En esta etapa el pequeño está tratando de entender su nueva realidad lejos del vientre de su madre. Sólo la alimentación y la cercanía de su mamá lo harán sentir a salvo.

A las seis semanas, que es cuando se da la recuperación física de la mayoría de las mamás, los bebés ya sonríen cuando se les habla y seguirán con la vista los objetos.

Para el doctor esta etapa es fundamental ya que existen tres factores que afectan el desarrollo del pequeño: uno es la herencia, el segundo es el ambiente y el tercero son las infecciones que pueda contraer. “Vemos que hay niños que hablan antes que otros, que son más llorones, otros dormilones, pero todo esto es normal, sin embargo, se debe estar al pendiente de cualquier fiebre que pueda ser el síntoma de una infección, como la meningitis, que sí afecta el desarrollo psicomotor”.

Además mencionó que la contaminación de metales pesados también puede dañar la inteligencia del recién nacido, por ejemplo “la presencia de plomo en la sangre afecta directamente el coeficiente intelectual de los pequeños a cualquier edad”.

Pequeños cantadores

A partir de los tres meses, el pequeño ya sonreirá espontáneamente, tendrá completamente su cabeza sostenida y tomará todos los objetos que le pongan enfrente “lo más importante de esta etapa es que empezará a vocalizar, emitirá sonidos como aaaa, bububu, eeee”.

De los cuatro a los seis meses el pequeño será capaz de sentarse con apoyo, girar sobre su eje, pasarse objetos entre sus manos, balbucear con sus juguetes, y su canto se vuelve más intenso. En esta linda época también empieza a tener más hambre, la leche que le proporciona su mamá ya no es suficiente y empieza a probar los alimentos.

Los más simpáticos

A todas las edades los niños son muy simpáticos, pero en ésta en particular, los niños se vuelven los más queridos y aclamados por sus padres y familiares. A los nueve meses el bebé se sienta sólo, gatea, logra pararse sostenido de la cuna y dice mamá, papá, teté. Dicen adiós con su manita, señalan objetos y empiezan a sociabilizar más con otros pequeños. En el caso de los niños de mamás trabajadoras, la guardería estimula en mayor grado la interacción con otros pequeños. Sin embargo, los estímulos que más efecto tienen son las caricias de su mamá, sus pláticas y sus atenciones porque todo eso les da seguridad a los pequeños en cualquier ambiente.

Al cumplir el año, los pequeños ya ayudan a vestirse, dicen más palabras y caminan con ayuda.

Al año seis meses los pequeños ya caminan solos, suben escaleras con ayuda y comienzan a pelear porque ya no quieren que se les de comer en la boca. Dicen al menos diez palabras diferentes y se vuelven más simpáticos aún.

Activos y preguntones

“No hay más, a los dos años los niños corren y no hay quien los detenga. Si no lo hacen lo más seguro es que tengan algún problema”. Generalmente a ésta edad ya suben las escaleras solos, se visten sin ayuda y avisan sobre sus necesidades

A los tres años, utilizan los plurales, juegan en el triciclo. “Y el dolor de cabeza para algunas mamás es que preguntan todo, pero no hay que desesperarse porque esto es un buen signo”.

A sus cuatro años tu bebé ya lanza una pelota, le gusta saltar en un solo pie, si le das una hoja sabe copiar una cruz y distingue aunque sea un color.

Finalmente al cumplir sus cinco años, además de que ya te dice adiós para ir al Jardín de Niños, tu pequeño ya atrapa un balón con sus manos, distingue los colores, come, se viste y desviste sin tu ayuda.

Sin embargo, el pediatra Manuel Velasco recomienda acudir de inmediato con un especialista si tu bebé no está acorde al autodiagnóstico.

Para terminar el especialista sugiere a las mamás jugar con sus hijos, cantarles, acariciarlos y ponerlos a escuchar música clásica, especialmente a Mozart y Clásico Barroco.

Por: Socorro Muñoz Via El siglo de Torreon

EL ÉXITO DEL MÉTODO "MADRE CANGURO"

La Técnica Madre Canguro es una alternativa muy eficiente para promover el desarrollo de los niños prematuros y de bajo peso al nacer. No obstante, ya no se habla sólo de mujeres, sino también de padres y familias canguro.

El tiempo ideal para que un ser humano se desarrolle en el útero de su madre es de 40 semanas y el peso del neonato debe pasar de los 2.500 gramos al nacer.

Sin embargo, algunas complicaciones durante la gestación, tales como: infecciones urinarias y vaginales; enfermedades de transmisión sexual como el VIH y la sífilis; y otros padecimientos como la preeclampsia o la Rubeola, son causantes de que los bebés nazcan antes de tiempo.

Gloria Franco estuvo tres años sin que le llegara su periodo menstrual. No obstante otros síntomas fueron los que la llevaron a consultar a su médico, quien le diagnosticó gastritis y le recetó algunos medicamentos. Sus síntomas no pararon, su ciclo menstrual tampoco se cumplía y luego de seis meses fue hospitalizada, pues descubrieron que su continuo malestar no se debía a una afección gástrica, sino a un embarazo.

Su hija, María José, nació con sólo seis meses de gestación, pesaba 840 gramos y sus pulmones no se habían desarrollado completamente. Luego de dos meses en el hospital, tanto el padre como la madre de la recién nacida, la abuela y la tía, se turnaban para llevar consigo a la bebé en la Técnica Madre Canguro.

Esta práctica consiste en que la persona que cuida al recién nacido, se ata a su cuerpo un soporte elástico de tela donde se alojará el bebé, en posición vertical y de esta forma tendrá contacto con la piel y el calor del adulto, simulando así el ambiente uterino y reemplazando en esta función a las incubadoras.

Según lo indicó la pediatra del Programa Madre Canguro Integral, que hace parte de la Fundación Canguro de Bogotá, Olga Elena Aguirre, los padres hacen parte de estos cuidados cada vez más, pues lo ideal es que no sólo sea la madre quien participe en la evolución del recién nacido, sino que se conforme la familia canguro.

El Seguimiento

Pero además del contacto piel a piel, que el recién nacido debe sostener con un adulto, igualmente es vital el seguimiento y control por parte de especialistas, sobre la evolución del bebé. Factores como el neuro-desarrollo, la maduración visual y del sistema nervioso central, el adecuado funcionamiento del sistema respiratorio y la ganancia de peso, deben ser observados periódicamente por pediatras y neonatólogos.

Desde hace tres años funciona en la Clínica del Prado de Medellín, el Programa Madre Canguro Integral, que trabaja con el Régimen Subsidiado de Salud. También otras entidades como Sura, SaludCoop y Coomeva, brindan orientación y ofrecen el servicio de vigilancia para familias canguro, ya que, según algunos especialistas en el tema, el 80% de estos bebés se recuperan mejor que en un hospital, señaló la pediatra Olga Elena Aguirre.

“El principal beneficio es una ganancia de peso mayor a la que obtendría el bebé si estuviera en una incubadora. Así mismo, se elimina el riesgo de infecciones intra hospitalarias y también se ha observado un mejor desarrollo neuro-sensorial”, afirma la doctora Aguirre y por esta razón otras entidades de salud comienzan a estudiar la posibilidad de implementar este servicio, pues además de eficiente, no es muy costoso.

Aunque los pulmones de la pequeña María José aún no se han desarrollado completamente, el proceso de evolución a mejorado bastante, y su peso actual es de 2.800 gramos, lo cual es un gran logro según los médicos que han seguido su caso.

Según El mundo

LA AGRESIVIDAD INFANTIL PODRIA SER CAUSADA POR UN PARTO DIFICIL

Un estudio científico Chino afirma que los bebes que sufren un parto difícil y nacen con fórceps tienen más posibilidades de desarrollar problemas como la agresividad durante la infancia que los que nacen mediante cesárea, según un estudio realizado en China.

Los investigadores creen que los problemas de comportamiento pueden estar vinculados a altos niveles de cortisona, una hormona que el cuerpo produce durante un parto difícil y estresante.

“La asociación entre el modo de alumbramiento y posterior psicopatología infantil está relacionada posiblemente con la respuesta de la cortisona”, escribieron expertos en un artículo publicado el miércoles en BJOG: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology.

Anteriores estudios han concluido que los niveles de cortisona en la sangre del cordón umbilical son menores en los niños nacidos mediante una cesárea programada, seguidos por los del parto vaginal espontáneo.

Los niveles más altos de cortisona se hallaron en los nacidos mediante parto vaginal asistido utilizando fórceps o extracción con ventosa.

“Los niveles de cortisona se han vinculado a psicopatología infantil, aunque se siguen necesitando más estudios para estudiar esto con más detalle”, indicaron los científicos, liderados por el profesor Jianmeng Liu, vicedirector del Instituto de Salud Reproductiva e Infantil del Centro de Ciencia de la Salud de la Universidad de Pekín.

El estudio implicó a 4.190 niños que nacieron en las provincias meridionales chinas de Zhejiang y Jiangsu, y fueron examinados a la edad de 4 y 6 años por problemas como ser retraídos, estar ansiosos o deprimidos, tener dificultades de atención y comportamiento delincuente y agresivo.

Este tipo de problemas eran menores en niños nacidos mediante cesárea y mayores en los nacidos mediante partos instrumentales con fórceps y ventosa, dijeron los investigadores.

Las cesáreas están incrementándose en China, sobre todo en las zonas del sur más ricas, donde las tasas han crecido al 56 por ciento en 2006 desde el 22 por ciento en 1994.

El parto por cesárea a pedido de la madre es un factor importante para esta tendencia. Supuso el 3,6 por ciento de todas las cesáreas en 1994 y el 36 por ciento en el 2006 en el sureste de China.

Según El Comercio

LA DEPRESION POSTPARTO Y SU INFLUENCIA EN EL BEBÉ

Detectar casos tempranos de depresión posparto en la madre es fundamental para evitar que el bebé se vea afectado en su desarrollo cognitivo, emocional y social.

Hace 18 años, Laura tuvo a su primer hijo. Después de ese nacimiento, no quiso saber más nada con volver a quedar embarazada. "Nunca más paso por eso, no soy capaz. Esa sensación de ser madre, de necesidad biológica que tuve, nunca más apareció", relata. Laura tuvo depresión posparto, una enfermedad que padece entre 10% y 20% de las mujeres, y que, incluso, puede afectar a los padres.

De todas formas, el más perjudicado por la depresión de la madre es el bebé, ya que el vínculo temprano con la madre es fundamental para su desarrollo social, emocional e intelectual.

Esta semana, la Academia Estadounidense de Pediatría publicó una recomendación que señala que los pediatras deberían revisar continuamente a las madres de recién nacidos para detectar posibles síntomas de depresión.

De acuerdo al artículo, publicado en la revista Pediatrics, diversas investigaciones demuestran retrasos en las capacidades de los bebés de madres que sufren depresión.

"La depresión posparto conlleva altos costos para la atención médica, atención médica inapropiada, abuso infantil y negligencia, interrupción del amamantamiento, disfunción familiar y afecta de manera adversa el temprano desarrollo del cerebro (del bebé)", señala el artículo.

"El bebé fue querido. Yo estaba casada. El asunto es que después era terrible la sensación de sufrimiento, era mortal, parecía que hubiera matado a alguien. Hay explicaciones de todo tipo y color, pero el asunto es que el sufrimiento no te lo sacás, o sea, no había manera", recuerda Laura.

SÍNTOMAS. Entre el tercer y quinto día después del parto, la madre puede sufrir lo que se llama tristeza de la maternidad. Afecta a entre 50% y 80% de las madres y sus síntomas son tristeza, irritabilidad y ansiedad. No es considerada una enfermedad y desaparece, so-la, a la semana.

Luego, los profesionales reconocen un segundo nivel, la depresión, que afecta a entre 10% y 20% de las madres, principalmente primerizas.

Sus síntomas: irritabilidad, ansiedad, aparición de sentimiento de culpa con respecto al niño y de incapacidad para cuidarlo. No aparece hasta los diez días luego del parto y se puede tratar con terapia o antidepresivos.

Fue el caso de Laura: "Vivía llorando y no me podía mover. La psicóloga vivía cerca y venía a casa porque yo no tenía ganas de levantarme. Por supuesto que al bebé lo atendía, pero yo tenía miedo de que se me fuera a morir porque no lo podía cuidar, por ser ineficaz. No me arrepentía, pero pensaba `¿qué hice?`. Fue como un crimen. Yo lo pensaba así, que había hecho algo que no estaba bien".

Otros casos pueden derivar en rechazo u odio de la madre hacia el bebé, lo que puede generar abuso físico e infanticidio por rechazo u odio. Necesitan psicoterapia, medicación y, a veces, internación.

Impactos. El informe de la Academia Estadounidense de Pediatría señala que "las consecuencias de la depresión de la madre incluye efectos negativos en el desarrollo cognitivo, en el desarrollo social y emocional, y en el comportamiento del niño. La adquisición de lenguaje depende del número de palabras usadas por la familia, del juego, el entretenimiento y las caricias, que ocurren con menos frecuencia en la familia de una madre depresiva".

Una de las formas que los profesionales de la salud poseen para detectar posibles casos de depresión es mediante el Test de Edimburgo. Consiste en veinte preguntas que las propias usuarias pueden responder en cinco minutos. Su puntaje máximo es 20. Por encima de los 12 significa que la persona tiene riesgo elevado de estar sufriendo depresión, aunque no es diagnóstico. Por ejemplo, una de las preguntas es: "He sentido miedo o he estado asustadiza sin tener motivo: bastante, a veces, no mucho, nunca".

Mariela Servetto, gerenta de los Centros Materno Infantil del Banco de Previsión Social (BPS), explica que en dichos centros el test se aplica a todas las madres durante el puerperio.

Puede ser una enfermera, un pediatra, un psicólogo o incluso el "funcionario de mesa de entrada" de cada centro el que entregue el formulario: "Cuando el psicólogo ve que hay alguien que está por encima del punto de corte, lo cita para una entrevista en la que valora la existencia o no de depresión puerperal. Si se confirma, se trabaja sobre el vínculo porque lo que se pretende es mejorar el sentimiento de la madre respecto a su bebé", explica.

Gustavo Giachetto, director del Programa Nacional de Atención a la Niñez, del Ministerio de Salud Pública (MSP), informó a El País que si bien no existen guías específicas sobre cómo actuar ante un posible caso de riesgo de depresión, el modelo de atención a este tipo de pacientes "forma parte del accionar médico tradicional".

Y agregó: "Nosotros evaluamos la salud mental como un componente más de la atención integral. Cuando evalúan a un niño en la consulta, los pediatras hacen lo que se llama la historia clínica que incluye evaluaciones dirigidas específicamente a niños pero también al núcleo familiar".

La psiquiatra Fabiana Azambuya, por su parte, especialista en el tema, explica: "¿Por qué los pediatras americanos dicen eso? Porque las consecuencias de la depresión posparto no solamente se ven en lo inmediato, en la generación del vínculo o mal apego, sino también a largo plazo se han determinado trastornos en el aprendizaje, de conducta, mayor riesgo de separación en las familias. A los cinco años del niño, empezás a mirar para atrás y te das cuenta que ese niño no estuvo motivado, no tuvo un buen vínculo con la madre porque la madre se deprimió, entonces es empezar a tratar no sólo el sufrimiento de la mujer, también a la familia, y al hijo".

Respecto a las consecuencias sobre la futura capacidad del niño para sociabilizar, Azambuya dice: "El primer vínculo es el que te determina y si estuvo mal constituido porque la madre no pudo estar presente en su total capacidad, entonces ese vínculo, que llaman apego, no se pudo formar bien".

ASPECTOS CLAVES

La depresión posparto :

Afecta a entre 10% y 20% de las madres, principalmente primerizas. Sus síntomas son irritabilidad, ansiedad, aparición del sentimiento de culpa respecto al niño y de incapacidad para cuidarlo. No aparece hasta los diez días luego del parto. Se puede tratar con terapia o antidepresivos.

Consecuencias en el bebé :

Afecta al desarrollo cognitivo, emocional y social del futuro niño. También se ve afectado el desarrollo temprano del cerebro, como la migración neuronal o la formación de sinapsis, que dependen de factores genéticos pero también del entorno.

Fuente: El pais

Como evitar el dolor de cabeza en los niños

El dolor de cabeza es uno de los 'males' más frecuentes en la vida diaria de grandes y pequeños, aunque no afecta a todos por igual: desde los bebés lactantes, en cuyo caso las cefaleas son muy difíciles de identificar, hasta los 'peques' de entre 7 y 15 años, que manifiestan este tipo de dolencias de manera recurrente, las consecuencias y efectos pueden variar en cada caso, dependiendo de la frecuencia en intensidad del dolor.

El índice de pequeños que sufren de cefaleas es, pues, elevado: hasta el 96 por ciento de los niños han padecido algún episodio antes de cumplir los 14. Al menos estos son los datos que arroja el último congreso nacional llevado a cabo por la Sociedad Española de Pediatría, y que alerta sobre todo del impacto que estos episodios tienen en la calidad de vida de los niños: desde reducir su participación en las actividades sociales, hasta afectar al rendimiento escolar (la tasa de absentismo es de casi 8 días al año frente a los menos de 4 cuando no hay dolores de cabeza frecuentes), o incrementar los trastornos psicosomáticos durante la infancia, hacen necesaria la intervención del pediatra, ya sea para elaborar un seguimiento del dolor, o para recetar el uso puntual de analgésicos en los casos que sea necesario.

Este tipo de consultas suele ir acompañado, además, de una preocupación 'extra', casi siempre relacionada con el paralelismo que los papás establecen entre la cefalea y sus posibles causas: cuando los dolores de cabeza son fuertes o muy frecuentes, los padres tienden a relacionarlas con otras enfermedades más graves, como la epilepsia o los accidentes vasculares. Sin embargo, y para tranquilidad de los mayores, en la gran mayoría de casos la cefalea no es un síntoma de 'algo peor', sino una afección en sí misma, casi siempre diagnosticada como 'cefalea tensional', y que, como su propio nombre indica, se origina como consecuencia de la tensión y el estrés al que están sometidos los niños.

Por eso, y como medida preventiva, los médicos recomiendan seguir de cerca las actividades diarias y hábito de vida de los pequeños: comer sano, realizar ejercicio y no someterles a jornadas 'maratonianas' de actividades tras un duro día de 'cole' pueden ser claves para deshacerse del dolor de cabeza infantil, como por arte de magia.

Según: Hola

Mala alimentación del padre afecta la salud de sus hijos

Cuidar nuestra alimentación no nos libra de desarrollar una diabetes tipo 2 si nuestro padre se excedió con las grasas. Una investigación australiana ha demostrado que la mala dieta del padre puede afectar a la salud de su descendencia. Al menos, eso es lo que ocurre con ratas alimentadas con una comida hipercalórica y rica en grasas.

Más allá de la curiosidad científica, el experimento es la primera demostración directa de que un factor no genético, como es la alimentación, se puede transmitir a los hijos. Y también es una explicación más a la creciente epidemia de obesidad que sufre el mundo desarrollado. Los científicos de la Universidad de Nueva Gales, en Sidney, sólo han demostrado esta transmisión de padres a hijas, aunque la autora principal, Margaret Morris, cree que el riesgo sería el mismo con hijos varones. La investigación se detalla en la revista «Nature».

Hasta ahora se sabía que los padres obesos o diabéticos tenían más posibilidades de concebir niños con una mayor predisposición a engordar o con problemas para mantener a raya su glucosa. Bien por un mayor riesgo genético o por una inadecuada dieta de la madre durante la gestación. Lo que ahora se plantea es que los pecadillos de alimentación del padre antes de la concepción pueden afectar a generaciones posteriores. En términos científicos esta posibilidad se denomina herencia fenotípica.

Daños en el esperma

Para probarlo el equipo de la Universidad de Nueva Gales alimentó a ratas macho con comida rica en grasas. Rápidamente engordaron y empezaron a desarrollar una intolerancia a la glucosa. Después las aparearon con ratas sanas, sin sobrepeso y alimentadas con una dieta equilibrada. Los mismos problemas del padre se reprodujeron en las crías hembras. La descendencia femenina rápidamente empezó a tener problemas de intolerancia a la glucosa que empeoraron con el tiempo, aunque no engordaron.

La explicación que ofrecen los investigadores es que los estilos de vida del padre pueden afectar al desarrollo de sus espermatozoides y a la composición del líquido seminal. La comida rica en grasa eleva la temperatura testicular y, además, daña las células germinales masculinas.
 

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